Foro gastronómico recomienda comer insectos

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En la lista están las larvas de abejas y hormigas
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Un grupo de expertos recomendó la incorporación de insectos a la gastronomía de Bolivia, por poseer, según afirman, un alto valor nutritivo y coadyuvar a la política de seguridad alimentaria.

 

Los especialistas, reunidos en esta capital en el Foro Gastronómico Amazónico, abogaron por romper las barreras para la incorporación de estas especies en la dieta local, informa PL.

 

“En Bolivia hay pueblos en la Amazonía que consumen insectos, el problema es que no están incorporados en nuestra cocina de forma usual, ese consumo lo han hecho más como medicinal, por su alto valor vitamínico”, explicó el director de la Escuela de Hotelería y Turismo, Guillermo Iraola.

 

La pasada semana, entomólogos del Museo de Historia Natural Noel Kempff se unieron al llamado de Naciones Unidas para difundir esa práctica culinaria y elaboraron una lista con las 10 especies más frecuentes y “nutritivas” de esta nación andina.

 

Destacan entre ellos abejas y avispas en estado larvario, hormigas, grillos y varios tipos de gusanos que, dicen esos científicos, pueden pasar “como papas fritas”.

 

En varias comunidades de Bolivia ya existe tradición, casera o de alta cocina, de degustar algún que otro bicho.

 

En la población paceña de Mapiri, por ejemplo, se consumen con delectación las larvas de unos gusanos conocidos como motacú, que ha llegado a costar hasta 70 dólares por kilogramo.

 

Mientras, en el poblado de Lomerío, en el oriental departamento de Santa Cruz de la Sierra, son apreciados las larvas de abejas y los sepes culones, una especie de hormigas; en tanto en Pampa Grande, también en esa región, son una especialidad las larvas de avispa.

 

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) recomendó la pasada semana como estrategia para combatir el hambre el consumo de insectos, dados sus bajos precios y elevados valores nutritivos.

 

Según esa institución, el consumo de 100 gramos de ellos proporciona más del ciento por ciento de las necesidades diarias de minerales y vitaminas.

 

La FAO calcula que los insectos forman parte de las dietas tradicionales de al menos dos mil millones de personas en el mundo.

 

“Su recolección y cría pueden generar empleos e ingresos en efectivo, sobre todo a nivel familiar, pero también potencialmente a nivel industrial”, indica el informe presentado por el organismo durante la Conferencia Internacional sobre los Bosques, para la Seguridad Alimentaria y Nutricional, celebrada en Italia.

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