Reflexionarán sobre el Ekeko y las illas
El ritual que tiene su origen en la época prehispánica, aún se conserva entre la ciudadanía de La Paz como el mito por conseguir la abundancia. Una historiadora y un investigador aymara debatirán sobre los conceptos andinos.
La tradicional feria de Alasita y su cosmovisión andina, que se inicia cada 24 de enero con la participación de miles de ciudadanos y artesanos de La Paz en la compra y venta de illas o miniaturas con la esperanza de que los pequeños objetos se conviertan en realidad, son el tema del primer akhulli conversatorio intercultural de esta gestión.
Del acostumbrado akhulli o pijcheo de la hoja de coca denominado “Illas o miniaturas, sentido filosófico de la Alasita” participarán la experta antropóloga Carmen Beatriz Loza y el k’awayu o investigador aymara Félix Mendoza en el debate que se realizará el 23 de enero, a las 18.30, en el Museo Tambo Quirquincho.
El Ekeko que tiene un origen milenario conocido como el dios andino de la abundancia, es el personaje principal de la feria de miniaturas y representado antropomorfo como un hombre de baja estatura con lluch’u o gorro de bigotes y que carga un sinfín de objetos en miniatura.
En 1612, el sacerdote lingüista Juan Ludovico Bertonio relaciona a esta deidad andina con Thunupa, el hacedor genésico, otra deidad aymara de dimensiones mayores y lo describe como “el nombre de uno de quien los indios antiguos cuentan muchas fábulas y muchos aún en estos tiempos las tienen por verdaderas”.
El delegado Municipal para el Fomento de la Interculturalidad, Marcelo Fernández explica que “las illas o miniaturas son el legado de los pueblos milenarios prehispánicos, cuya virtud es la de establecer la comunicación con los distintos elementos que hacen posible la existencia humana y no humana”.
Al mantenerse el ritual en la Alasita entre la ciudadanía paceña, “se desarrolla una otra posibilidad de una construcción intercultural descolonizadora”, agregó Fernández.
Leyenda colonial
Respecto a la actual imagen de la deidad andina, el escritor Antonio Díaz Villamil, en su obra “Leyendas de mi tierra” cuenta sobre la aparición de la imagen del Ekeko en el cerco a la ciudad de La Paz, en 1781, como quien había provisto alimento para los indios y españoles.
En agradecimiento, el gobernador de entonces Sebastián Segurola ordenó la fiesta del Ekeko y la Alasita, el 24 de enero de 1783, en homenaje a la Virgen Nuestra Señora de La Paz. También pidió a su empleado indígena Isidro Choquewanca que trabajara una escultura del pequeño, pero con rasgos españoles de Francisco de Rojas, padre de su esposa.
El investigador Carlos Ponce Sanjinés, considerado el padre de la arqueología boliviana, descubrió illas o miniaturas en Tiwanaku, aspecto que evidencia que el ritual ya tuvo su origen en la época prehispánica.
Ponce Sanjinés también evidenció el hallazgo de esculturas líticas con la representación antropomorfa de hombres de baja estatura en la isla del Sol del lago Titicaca provenientes de la cultura Tiwanacota.
En el área rural las illas y su ritualidad están relacionadas con la agricultura y la fertilidad, ya que la ceremonia andina se cumple en la época de lluvia o Jallu Pacha, que comenzó el 21 de diciembre con el solsticio de verano y que define la cosecha en el Anata o Carnavales. Los comunarios consideran que esta época lluviosa tiene su esplendor el 24 de enero.