Piraí Vaca: Estar con los amigos de El Alto me llena
Arnold Guachalla
Toda fila es concurrida por gente interesada en algo: un pago bancario, una inscripción o quizá la atención de un servicio de salud, en fin, son tantas las posibilidades que se dan al observar una fila, que basta decir que es una necesidad para acceder a lo deseado.
En esta oportunidad, bien vale la espera tras una fila, pues, el teatro Raúl Salmón de la ciudad de El Alto, fue el escenario donde el reconocido guitarrista cruceño, Piraí Vaca, inició el “tour promocional” de su más reciente producción: “Tierra de sangre vital” que se presentará en las ciudades de La Paz, Sucre, Santa Cruz, Potosí, Tarija, Cochabamba, Beni, entre otros, tendrán el privilegio de escuchar los arpegios de este laureado artista, en una gira que pretende unir al país en pos de su música.
Recuerdo que en una entrevista televisiva que le hicieron a Piraí, le preguntaron ¿por qué iniciaba su tour en El Alto? No recuerdo la respuesta textual, pero argumentó que esta ciudad lo había acogido con mucho cariño en el pasado, pues, había demostrando un gran interés y aprecio por su música. Esta respuesta provocó mi curiosidad.
La pregunta que le hice fue sencilla, pero su respuesta muy interesante. ¿Cuáles fueron los momentos más agradables de su vida artística? Esbozando una sonrisa, se puso a pensar algunos segundos contestó “hoy por ejemplo, estar con los amigos de El Alto. Eso me llena incluso, a veces, más que tocar la guitarra”.
Sin duda, existe un concepto positivo del artista sobre el público alteño, y esto era recíproco, basta leer lo que sigue a continuación.
Volviendo a mi experiencia, de una de las tantas filas que hice en mi vida, noté que la columna estaba nutrida de un público heterogéneo: muchachos de distintas edades que cargaban algún instrumento en sus espaldas –integrantes de la orquesta sinfónica de aquella ciudad supuse-, curiosos que alguna vez escucharon hablar de aquel guitarrista cruceño; entre los menos, gente que aprovechaba la entrada gratuita para cerrar musicalmente su jornada.
Testimonios
“Tiene una música propia, tiene su estilo al tocar guitarra y con su interpretación. Es uno de los grandes guitarristas que tenemos en Bolivia; es uno de los mejores”, dijo Ramiro Antonio (17).
David (36) señaló que “Pirai vaca es considerado actualmente como uno de los mejores guitarristas de Bolivia y a nivel latinoamericano”.
“Para mí este artista expresa sentimiento, expresa amor hacia la música, cosa que otros no lo hacen. Él toca de una manera distinta que los demás artistas. Como si el instrumento lo guiara a él y no él al instrumento. Es un gran artista boliviano y destaca en grande nuestro país”, indicó Andrea (17).
Marcos (26) afirmó que “su música te trasporta hacia un universo, donde la melodía se conectara con parte de las constelaciones, de las estrellas. Me parece que fuera como algo que él mismo quisiera transmitir”.
“Como artista es grandioso porque saca obras folcklóricas también, obras de Alfredo Domínguez y me parece un gran artista en la música clásica”, señaló Wilmer Ojayo (18).
“Tierra de sangre vital”
Después de una experiencia magnifica por la colosal interpretación del artista, finalizó el concierto. Con una lluvia de aplausos y vítores del público, que premiaron los maravillosos acordes, surgió otra curiosidad: ¿“Tierra de sangre vital” tenía un simbolismo particular? nadie mejor que el mismo Piraí Vaca, que entre sonrisas cálidas, respondió.
“Es la traducción de Abya Yala. Este es el nombre que le daban los indios de Colombia y Panamá al continente antes de la llegada de los colonizadores. Después, de diversos congresos de los pueblos originarios convinieron en llamar a nuestro continente Abya Ayala y no América, porque América es el nombre que le dieron los colonizadores. También porque mi disco actual es solo de música latinoamericana, entonces es tierra de sangre vital: nuestro continente y vital porque es el tipo de música que yo quiero producir para que pueda ejercer algún cambio”, afirmó.
Sin lugar a dudas, este concierto colmó todas las expectativas que me inundaron en la fila, donde todos compartimos la antesala de una presentación que realmente valdría la pena presenciar.