Señalan que se toca tarka para hablar con nubes
La época de lluvias nos anuncia la fecundidad de la Pachamama, un motivo de celebración por los frutos de la naturaleza y por la convivencia intercultural con su máxima expresión de revestimiento, productividad y convivialidad, señala la Unidad Intercultural de la Alcaldía paceña.
“Según la cosmovisión andina, se acostumbra interpretar la tarka en esta época porque es el instrumento que nos permite hablar con las nubes”, explicó el delegado Municipal para el Fomento de Interculturalidad, Marcelo Fernández.
La Anata no sólo es una fiesta entre los humanos y la comunidad, ya que se trata de festejar en un sentido más plural junto a las deidades del Alaj Pacha o del tiempo/espacio de arriba en honor a la fecundidad de la naturaleza.
En las comunidades aymaras la festividad es la celebración ritual de la convivencia en armonización con las energías, las existencias y el resto del cosmos que refleja su máxima expresión de revestimiento, productividad y convivialidad.
Fernández explicó que con la anata también se cumple con el “agradecimiento” a los frutos que es el resultado del trabajo comunitario. “Por eso se interpreta la tarka, un instrumento que sirve para la celebración”, añadió.
Mientras que en las ciudades la anata carnaval consiste principalmente en el ritual de la ch’alla de las casas y todos los bienes materiales, es un motivo de celebración y en las que se celebra con “tarqueadas”.
La tarka
La tarka es un aerófono andino, usualmente es fabricada en madera mara o tarku y se caracteriza por poseer embocadura, tapón, canal de insuflación y seis agujeros que permiten la emisión de determinadas tonalidades con un sonido muy particular.
La música andina es interpretada con instrumentos que son utilizados en diferentes periodos del año. En el Jallupacha o tiempo de lluvia se tocan las tarkas, los pinkillos y los mohozeños, mientras que en al Awti Pacha o tiempo seco se suelen usar los sikus o zampoñas, las julas y las choqelas.
Para tocar la tarka se debe formar una tropa, se trata de un instrumento que sólo se puede tocar de forma colectiva, ya que el conjunto está conformado por tres registros que se combinan con la interpretación de cerca de 12 músicos o “tarqueros” que son acompañados con tambores.
Fernández explicó que en algunas comunidades los músicos asumen que “las tarqueadas son interpretadas con tonos suaves y alegres para despedir a las lluvias, como hablando con las nubes, porque los campos de cultivo ya fueron regados en la espera de una buena cosecha, otra forma de comunicación intercultural de los pueblos aymaras”.