Guatemala: Buscan con urgencia aprobación de la ley de paridad
Las cifras nunca han cuadrado. De 333 puestos a alcaldes, solo siete guatemaltecas ocupan una silla edil; y de 158 curules en el Congreso de la República, únicamente 20 mujeres tienen un asiento en el palacio legislativo.
Estos son los resultados de las recientes elecciones en este país centroamericano, los cuales evidencian que las mujeres siguen sin ser tomadas en cuenta por los partidos políticos como una opción para ocupar un puesto de toma de decisión.
Aunque no es nuevo, ya que en los comicios de 2007 fueron seis las mujeres que ocuparon una alcaldía y 19 las diputadas electas, evidencia que Guatemala sigue siendo gobernada por los hombres, pese a que son ellas quienes conforman la mayoría de la población de 14 millones de habitantes, indicó a SEMlac Dora Amalia Taracena, de Convergencia Cívico Política de Mujeres (Convermujeres).
Así mismo, forman parte de ese gran número de votantes que supera al electorado hombre, añadió Taracena.
Las mujeres representan más del 50 por ciento de la población de 14 millones de habitantes. Datos del Tribunal Supremo Electoral indican que el número de los hombres empadronados es de tres millones 604.062, mientras que las mujeres con capacidad de votar los superan por 131.497 más.
Si bien es cierto que, actualmente, una mujer ocupa la silla vicepresidencial, otra más dirige la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio Público también está al mando de una guatemalteca y una abogada lleva las riendas del Instituto de la Defensa Pública Penal, esos cargos son ocupados porque ellas tienen niveles de preparación muy destacados
Así lo dijo a SEMlac Carmen Cáceres, dirigente de Convermujeres, quien también subrayó que "para otros puestos son los partidos políticos los que deciden y en eso las mujeres tienen pocas expectativas".
De ahí que las activistas de derechos de la mujer busquen con urgencia la aprobación de la ley 212, cuya reforma incorpora la variable de género y étnica en los listados a puestos populares.
Otilia Cotí, exdiputada y quien fuera vicepresidenta de la Comisión de la Mujer del Congreso de República, durante el foro Retos de la Participación Política de las Mujeres en Guatemala, realizado en junio de 2011, dijo que la paridad es una ecuación pendiente en este país, por lo que es un reto reformar el Estado y la democracia paritaria.
Entre otras razones, mencionó que en las recientes elecciones populares ellas aventajaron a los hombres en cantidad de habitantes empadronados.
Amalia Mazariegos es abogada y directora del centro de atención legal gratuita a la víctima del Instituto de la Defensa Pública Penal. Piensa que agilizar la aprobación de la ley 212 es una gran oportunidad para las mujeres.
"Es el ideal que debiéramos tener en Guatemala, pero que lamentablemente, comentó a SEMlac, la reforma no incluye a los grupos garífunas ni xincas, y en esta nación somos cuatro los pueblos".
La propuesta de normativa también concede espacio a la pertenencia cultural -mujer, hombre, mujer indígena, hombre indígena- para que exista una paridad al momento de distribuir los puestos de elección. Esta iniciativa fue consensuada con la sociedad civil, grupos de mujeres indígenas y partidos políticos.
Incluyó a la población indígena, porque en esta nación el 60 por ciento de su población es descendiente maya, y la mayor parte de los 22 departamentos que la conforman son habitados por pobladores Quichés, Kakchiqueles, Mames y Pocomames, entre otros.
Manuel Barquín, diputado al Congreso, aseguró a SEMlac que esta ley será aprobada y que esta legislatura gestionará lo más pronto posible ese proceso. "Incluso debería haber más mujeres que hombres dirigiendo el Congreso", añadió.
La reforma también contempla la incorporación igualitaria de mujeres en los órganos internos de todas las instituciones reguladas en la ley, como la Corte de Constitucionalidad, la Corte Suprema de Justicia y los Ministerios del organismo Ejecutivo.
La diputada Delia Bac dijo en una ocasión a esta agencia que "es un reto al machismo predominante en esta nación, donde los diputados que han ocupado una curul se mofan de las mujeres y peor si son indígenas, al considerarlas incapaces de entender una ley".
El machismo del que hablaba Bac en esa ocasión se volvió a percibir en las inscripciones a candidatos a diputados por parte de los partidos políticos en las elecciones recién pasadas.
Por el listado nacional se inscribieron 222 hombres y solo 71 mujeres, por el listado distrital 1.038 hombres contra 332 mujeres, mientras que para las corporaciones municipales el número de hombres rebasó los 22.000 frente a 3.817 mujeres.
Para Lucía Escobar, columnista del diario El Periódico de Guatemala, es tiempo de que las cosas cambien. En su artículo, Escobar hace un recuento histórico y señala que "en 190 años nos han gobernado 47 hombres que han intentado dirigir este país, pero ni una sola mujer ha llegado a la Presidencia".
La última propuesta de este tipo fue presentada hace tres años y en ella se solicitaba 44 por ciento de mujeres en los listados de cuotas de poder. Ese intento, sin embargo, fracasó.
Fue incluida en la agenda legislativa por los diversos grupos de mujeres, como el movimiento indígena Moloj, la Unidad de Mujeres de Guatemala y Convermujeres, así como el foro permanente de Partidos Políticos, que esperan que en 2012 se apruebe y cambie la vida política para este sector poblacional.
"Por eso trabajamos a todo vapor desde el Congreso, para que la ley pase de urgencia y sea aprobada por la mayoría de parlamentarios", comentó a SEMlac Margarita Urrutia, asesora del Organismo Legislativo.
La Asociación Política de Mujeres Mayas considera que la ley de paridad hará que las mujeres mayas ejerzan plenamente sus derechos ciudadanos y políticos mediante su participación en espacios de toma de decisión en cargos de elección popular.
Porque las descendientes mayas son las menos afortunadas de este país. Datos del Instituto Nacional de Estadísticas indican que sólo 48,3 por ciento de ellas están alfabetizadas, frente a 64,1 por ciento de los hombres; la explicación a esto radica que de 100 niñas que ingresan a la escuela, 66 dejan de estudiar antes de finalizar el tercer grado de primaria.
Lo hacen porque tienen que ir a hacer las tortillas, limpiar la casa, cuidar a los hermanitos, destaca María Trinidad, comisionada Presidencial contra el Racismo y la Discriminación.
De ahí también que algunas mujeres del área rural no sepan siquiera como emitir un sufragio. El Instituto Democrático Nacional en su informe Observación Electoral con Enfoque de Género 2011 precisó que en 20 municipios del país donde monitorearon el proceso electoral, las mujeres no sabían cómo votar, y tampoco contaban con documentos de identificación.
Tras la firma de los Acuerdos de Paz Firme y Duradera, en 1996, la reforma incluía incrementar la participación femenina en los puestos de elección popular y que más mujeres ocuparan cargos públicos. Dieciseis años más tarde ese compromiso no se ha cumplido. (Tomado de SEMlac).
Guatemala, 3 septiembre 2012 – J.C.