Sólo buenas intenciones y más de lo mismo
Marcelo Cordero Q.
Con el rótulo de basado en los archivos reales del Warren, Hollywood vuelve a la carga con un nuevo producto de terror “El Conjuro”, filme dirigido por James Wan, director de la primera entrega de Saw.
Wan, de origen malayo, fue creador de la franquicia Saw que le abrió las puertas para trabajar en la industria del cine estadounidense. Más cercano al subgénero de terror, denominado Gore, el director tuvo películas mucho más interesantes como “Insidious”, filme que apuesta más por la fórmula clásica del cine de terror y tiene como mejor herramienta en el trabajo psicológico, a diferencia de Saw, donde el único objeto es jugar con el morbo del espectador, aunque debo aceptar, con cierta astucia.
“El Conjuro”, podríamos decir, es una especie de híbrido entre Insidious y Saw, es una película que pretende ser inteligente, pero no puede escapar de las ataduras del peor cine gringo, que sólo busca excitar las emociones del espectador, para que piense poco y se deje asombrar por simples trucos visuales, sonoros y de dirección.
La historia nos cuenta la experiencia de Ed y Larraine Waren, expertos cazadores de fantasmas, buscados por una familia recién llegada a una apartada casa rural ubicada en Harrisville (Rhode Island), para que los ayuden a librarse del horror experimentado en su hogar por la presencia de espíritus y demonios que atentan contra sus vidas.
La película tiene sus mejores momentos cuando se limita a pasear por el terreno del cine de terror clásico, pero pierde fuerza cuando el director siente la necesidad de mostrar físicamente lo que por sí sólo ya está presente, entonces tenemos un desfile de apariciones fantasmagóricas que suman elementos innecesarios a la narración del filme, rompiendo el realismo que se pudo haber logrado, y es además, intención del director. A esto se suman repetitivos flash back que sólo tienen por intención presentarnos a los Warren, mismos que aportar poco al relato principal, distrayendo de lo que realmente importa: una historia de fantasmas.
En la obra se menciona que un demonio se apodera de un cuerpo a través de tres etapas: infestación, opresión y posesión, la historia responde a este principio para construirse, logrando crear un efectivo clima de tensión y suspenso.
Sin embargo, James Wan, finalmente apuesta por el ruido y nunca logra aterrizar en lo que en principio eran buena intenciones, trabajar con la intriga del espectador. Es demasiado timorato, lanza la piedra y después esconde la mano y vuelve apostar por la vieja fórmula que ya vimos en películas como Saw. El Conjuro así, termina siendo una propuesta que pierde el rumbo.
Si de evangelizar se trata, El Conjuro es una excelente herramienta, pareciera que la intención final, no es contar una historia de terror, el objetivo es tener un pretexto para reafirmar a través del trama ciertos valores religiosos, morales y sociales, lo que hace que el filme se aleje de lo que promete y se vuelva un sermón.
Ficha Técnica:
El conjuro (The Conjuring, EEUU, 2013)
Dirección: James Wan
Guión: Chad Hayes y Carey Hayes
Fotografía: John R. Leonetti
Música: Joseph Bishara
Edición: Kirk M. Morri/
Diseño de producción: Julie Berghoff
Elenco: Vera Farmiga, Patrick Wilson, Lili Taylor y Ron Livingston
Distribuidora: Warner Bros
Duración: 112 minutos
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