Social
Participaron biólogos de Bolivia, Europa y EEUU
Titicaca: Equipo internacional rescata a la rana gigante

Miércoles, 2 Marzo, 2016 - 13:38

Por Edwin Conde Villarreal - Cronista del siglo XXI

Un equipo internacional de biólogos, dirigido por el herpetólogo boliviano Arturo Muñoz, extrajo de las profundidades del lago sagrado especímenes de la rana gigante del Titicaca con el fin de criarlos y reproducirlos en cautiverio y, en un futuro, reintroducirlos en las zonas donde se haya extinguido, puesto que la contaminación ambiental deteriora su hábitat y pone en riesgo la supervivencia de la especie críticamente amenazada.

“Estamos rescatando al anfibio después de lo sucedido el año pasado, cuando registramos su mortalidad masiva con otras especies de la fauna lacustre, es por ello la urgente necesidad de asumir acciones que permitan la sobrevivencia de la especie, rescatando ejemplares en determinadas zonas donde su situación sea crítica, ya que se evidenció que en varios lugares las poblaciones disminuyeron drásticamente”, dijo Muñoz, mientas se zambullía de dos a cinco metros de profundidad en cercanías del Puerto de Guaqui en la provincia Ingavi del departamento de La Paz.

El experto reveló que, según las observaciones de sus anteriores inmersiones en el lago menor del Titicaca, ya no fue posible encontrar al anfibio, ya que su hábitat fue deteriorado. 

La recolección forma parte del proyecto científico de la organización Iniciativa Anfibios de Bolivia del Museo de Historia Natural Alcide D’Orbygni de Cochabamba y contó con la participación de biólogos bolivianos, de Bélgica, Estados Unidos e Inglaterra.

El equipo realizó dos recolecciones, la primera se realizó en cercanías de la isla de la Luna y contó con la participación de la bióloga marina Liesbet Colson de la Universidad de Gante y Dirck Ercken de Bélgica, los estadounidenses Tim Steinmetz curador del zoológico de Kansas City y Robert Hill curador del zoológico de Atlanta. Este grupo, que cuenta con el apoyo de la organización mundial Amphibian Ark y de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), se completó con los biólogos bolivianos Adriana Aguilar, Lupe Manani y Saúl Zuna

La segunda misión de rescate se realizó en el puerto de Guaqui con la participación de los biólogos marinos Dan Lay de la organización conservacionista Durrell Wildlife Conservation Trust de Inglaterra y Dirck Ercken de Bélgica, además de las responsables del Programa de Cría en Cautiverio de Iniciativa Anfibios de Bolivia, Patricia Mendoza, Sophía Barrón y el biólogo Gabriel Callapa.

 

Muñoz explicó que los especímenes rescatados deberán pasar por un periodo de limpieza y purificación de microorganismos, para luego ser colocados en un gran contenedor diseñado especialmente para que sobrevivan y se reproduzcan en cautiverio en la ciudad de Cochabamba.

La rana del Titicaca tiene la capacidad de eliminar algunas plagas subacuáticas que pueden afectar al lago, su evolución de miles de años le permite respirar por la piel sin la necesidad de salir a la superficie, lo cual la convierte en una especie acuática única del mundo 

La bióloga Mendoza, que colocó a las ranas atrapadas en un contenedor en la lancha, remarcó que “el anfibio no es comestible y que al contrario tiene una importante función para el ecosistema lacustre”. Lamentó que en algunas poblaciones bolivianas y peruanas se proceda a consumir a la rana, atribuyéndole supuestas capacidades curativas.

Por su parte, Dirck Ercken consideró que la rana gigante del Titicaca “es un símbolo de la naturaleza y del cambio climático”. La contaminación que ingresa al recurso hídrico –remarca el biólogo belga–, puede ocasionar la desaparición de la especie, lo cual será muy lamentable, por eso es necesario rescatarla y guardarla.

La misión de recolectar ejemplares de la rana, especie endémica del Titicaca conocida científicamente como Telmatobiusculeus, comenzó hace dos semanas, inicialmente cerca de la isla de la Luna en la provincia Manco Kápac de La Paz, muy cerca de los sectores donde el oceanógrafo francés Jacques Ives Cousteau encontró en 1968 especímenes de más de 50 centímetros de largo, descubrimiento del que proviene el denominativo de “rana gigante”.

Sin embargo, las ranas rescatadas ya no son tan grandes, el ecosistema del lago sagrado ha cambiado, puesto que se deteriora con la aparición de una masa acuática de color verde, producto de la descomposición de algas microscópicas que consumen el oxígeno y emanan hidrógeno de sulfuro, un gas neurotóxico que aniquiló a peces, aves y anfibios en mayo del año pasado.

Los microorganismos que contaminan el espejo lacustre surgen por el fenómeno de la eutrofización o proliferación de algas que se produce por el enriquecimiento de forma artificial de las aguas del Titicaca con nutrientes como nitrógeno y fósforo que llegan con los miles de litros de aguas residuales provenientes de El Alto, Laja y Viacha a través del río Katari e ingresan por las bahías Cohana y Aygachi del lago menor.

La rana acuática sobrevive en un ambiente de presión, ya que en varios sectores del lago menor existe contaminación ambiental que produce la concentración química de amonio, fosfatos, nitratos y nitritos, además de residuos sólidos suspendidos que impedirán su reproducción./ ecv