Bolívar logra la hazaña y clasifica a las semifinales

Juan Carlos Arce marcó a los 86 minutos del partido un gol histórico para el fútbol boliviano, el tanto clasificó a Bolívar a las semifinales de la Copa Libertadores de América. 

En una jornada heroica, el conjunto celeste venció 1-0 la noche del jueves a un aguerrido Lanús de Argentina, en el estadio Hernando Siles ante aproximadamente 40 mil espectadores. 

No fue un partido para observar el fútbol exquisito al que nos tienen acostumbrados, pero la garra y el temple posibilitó que la academia consiga el pase para enfrentar a San Lorenzo en la siguiente instancia. 

El onceno de Azkargorta desarrolló un juego conservador, acaso timorato frente a la importancia del objetivo final. Esa propuesta sí pudo alcanzarle para comprar el pasaje a la siguiente instancia.

Fútbol mezquino 

El cotejo que vimos en Miraflores fue de esos que producen suspenso, no por la intensidad de una jugada, sino por la mezquindad de los protagonistas para generar jugadas de gol. 

Un primer tiempo para el olvido, donde el Conejo Arce y William Ferreira no enganchaban balones que se generaban desde las líneas de Yacerotte y el español Sánchez Capdevilla. 

La visita se dedicó a administrar el balón por el empeño de Somoza, Benítez, Acosta y Silva. En todo caso la idea de su técnico era no agotar energías y proyectar de contragolpe alguna situación clara de gol. 

El Lanús de Guillermo Barros –en el primer tiempo- generó una situación de real peligro sobre el minuto 9 cuando Ortiz no logró sellar una oportunidad inmejorable. 

El Bolívar no generó mucho peligro porque el español Miguel Callejón tuvo una noche para el olvido. El jugador europeo tuvo varias oportunidades de gol, entre ellas en el minuto 9 de la complementaria cuando fracasa en el remate final. 

El soñado gol 

En la segunda parte del complemento, el Bigotón Azkargorta decide sacar a Callejón, fortalece el medio campo y permite que Ruddy Cardozo oxigene el planteamiento ofensivo del team boliviano. 

En el minuto 86, una sucesión de jugadas en el arco de Marchesín encuentra al “Conejo” Arce con el arco a su disposición y convierte la conquista final. 

Para ese entonces Lanús había agotado sus baterías. Ni el postazo de Somoza o el ímpetu de Lautaro Acosta fueron suficientes. El visitante ya jugaba con un hombre menos, a raíz de la expulsión de Somoza. 

Después del gol, Lanús hizo el esfuerzo para buscar el gol que le permita ir a la ronda de los penales. Los cuatro minutos de adición que dispuso el ecuatoriano Roddy Zambrano y los nervios celestes no fueron suficientes. 

Bolívar consiguió lo que otros clubes bolivianos no lo hicieron en décadas de Copa Libertadores de América. Un conejo de la suerte emergió en el Siles, en buena hora.