Sobrevigencias

HUANUNI PASADO, PRESENTE Y FUTURO

Alfredo J. Zaconeta Torrico

En mi anterior columna, me referí a la situación crítica por la que viene atravesando la Empresa Minera Huanuni como efecto de la caída de precios internacionales de los minerales y en particular del estaño, sumo acá otras puntualizaciones que seguro podrían considerarse.

El viernes 17 de abril, la cotización del estaño descendió a $us 6.69 la libra fina (LF), situación que seguro cayó como balde de agua fría entre los trabajadores y dirigencia de Huanuni. En esta misma fecha el pasado año la cotización del estaño era de $us 10,57 LF; una diferencia de $us 3.88 LF. El inicio en el descenso del precio del estaño se dio a finales de agosto del pasado año,cuando empezó a registrar cotizaciones menores a $us 10 LF.

La reacción estatal se dejó esperar; recién a finales del mes de marzo del presente año, el gobierno hizo público el plan para enfrentar este periodo de bajas cotizaciones señalando que: “La Empresa Minera Huanuni (EMH) puede soportar una cotización de hasta $us 7,5 la libra fina con la implementación del plan de emergencia…”. La realidad ahora es otra y de seguir este panorama, Huanuni estaría trabajando a perdida.

A esta situación se sumó una huelga de hambre iniciada la segunda semana de marzo protagonizada por más de 46 trabajadores eventuales que exigían su incorporación a planillas y acceder a beneficios sociales. La solución arribada entre la administración de la empresa y los movilizados no se ventiló. Estas acciones nos sirve para interpretar la posición de los trabajadores ante cualquier intento de reducir el número de personal, aspecto que fue considerado en algunas instancias a través de la intención de jubilar a varios trabajadores hasta fin de año y reducir la planilla de 4.100  a 3.500 mineros, para lo cual se aplicarán dos modalidades de jubilación por vejez y por enfermedad profesional.

El plan del gobierno consiste en invertir $us 15 millones para equipar a EMH, superar el promedio de las 800 toneladas métricas finas (TMF) mensuales y soportar hasta 7,5 dólares la libra fina. El panorama con las cotizaciones actuales se complica y el plan de salvataje queda fuera de contexto, ahogando más a Huanuni, que disminuiría su capacidad de pago como efecto de la baja de cotización y su producción.

El ejecutivo del Sindicato Mixto de Trabajadores Mineros de Huanuni, Javier Canchari, señalaba que ante la caída del precio se decidió elevar la producción para llegar a 850 TMF; sin embargo, también se reconoció que en la actualidad no se tiene mercados consolidados y que tampoco se tendría renovado el contrato con la Metalúrgica de Vinto para la provisión de concentrados de estaño. Desde nuestra apreciación, una mayor producción podría derivar en generar una sobreoferta de estaño, que bajaría más su precio en este momento.

Las especulaciones llevan a otras dudas, por ejemplo, la capacidad de tratamiento de los ingenios de Santa Elena y Machacamarca es de 1200 toneladas por día, y la propuesta del gobierno sólo pretende llegar a 850 TMF/mes, eso nos hace pensar que ya existen dificultades para alimentar estos ingenios, recordemos que el mejor promedio de producción se dio el año 2009 con 831 TMF y el 2013 cayó a 647 TMF.

Especialistas en el tema minero, aseveran que la baja en el precio del estaño responde a las especulaciones en la bolsa de Londres y a medidas del Gobierno de Indonesia, que  intenta elevar el precio  en los mercados, otros aseveran que este descenso de precios es coyuntural, y que sólo duraría unos cuantos meses. Lo cierto es que el panorama es incierto y complica a los operadores mineros.

Con ánimo más propositivo que apocalíptico, desde nuestro punto de vistalas medidas que debieran considerarse para contrarrestar la bajada de precios son:

1. La adición de valor agregado al estaño y otros minerales, con la industrialización –otro tema pendiente en la minería tradicional–.
2. Lograr una mayor diversificación del mercado, considerando que en la actualidad nuestro estaño se exporta sólo a 10 países (Chile, Colombia, EE.UU., México, Venezuela, Bélgica, Holanda, Inglaterra, China y Japón).
3. Realizar una reingeniería organizacional, económica y técnica (geología) al interior de las empresas mineras estatales para lograr optimizar y bajar los costos de producción: ¿Cómo podría manejarse la nueva COMIBOL con muchas minas como Huanuni?
4. Diversificar la producción de la Empresa Minera Huanuni y explotar el mineral complejo (plata, plomo y zinc), considerando que con la reversión de concesiones mineras de octubre de 2006, la COMIBOL se hizo cargo de los yacimientos Omicrom, María Francisca, Dolores y Cuchillani que pertenecían a las cooperativas mineras y que poseen atractivos depósitos de estos minerales.

Lo que sí podemos asegurar en este tema, es que esta caída de precios y la disminución en la producción de Huanuni, afectará considerablemente al Departamento de Oruro,que sufrirá pérdidas por concepto de pago regalías mineras, el funcionamiento del nuevo Horno Ausmelt y  otros efectos colaterales.

Alfredo Zaconeta Torrico es Periodista
http://juancutipa.blogspot.com

icono-noticia: 

HUANUNI EN SU HORA DECISIVA

Alfredo J. Zaconeta Torrico

La continuidad en la caída de precios y su incidencia directa en el sector minero, sumadas a las últimas propuestas y contrapropuestas hechas para encontrar soluciones y garantizar el funcionamiento de la Empresa Minera Huanuni (EMH), merecen un análisis urgente,  considerando las viejas experiencias registradas en este distrito minero.

Huanuni es considerado hasta hoy como el mayor reservorio de estaño de Bolivia. Esta mina fue  explotada desde 1880 por firmas nacionales y extranjeras, hasta que llegó a manos de Simón Patiño; posteriormente en 1952 fue nacionalizada y paso a la naciente COMIBOL.

Dentro de la política de privatización, Huanuni el año 2000 fue entregada, bajo la modalidad de Contrato de Riesgo Compartido, a la empresa inglesa – india AlliedDeals; a fines de diciembre de 2001 ésta cambió de razón social a RBG Resources, quienes a mediados del 2002 fueron intervenidos judicialmente acusados de quiebra fraudulenta. Tras varias movilizaciones el 24 de julio de 2002 se logró la aprobación de la Ley 2400 que permitiría al Estado volver a operar Huanuni.

En octubre de 2006, este distrito fue escenario de un enfrentamiento entre mineros asalariados y cooperativistas, al margen de los saldos humanos trágicos, éste hecho derivó en una decisión política: la contratación de 4000 trabajadores sumados a los ya casi 1000 existentes en la empresa, haciendo un total en planillas de 5000 mineros asalariados regulares. Dirigencia y trabajadores con poca consciencia de su realidad, atenidos a las buenas cotizaciones registradas en ese año, lograron incrementos salariales y bonos que no necesariamente se vieron reflejados en el incremento de producción y utilidades de EMH.

Según datos de COMIBOL a 2005, las reservas de EMH llegaban a 1.454.888 toneladas con % de Estaño 4.46 que significan 64.912.8 de Toneladas Métricas Finas de estaño, lo que daba una vida limitada a este yacimiento minero hasta mediados de esta década tratando 1000 Toneladas Por Día (TPD).Poco o nadase conoce sobre los trabajos de geología para ampliar las reservas en la EMH. Según  informes del Ministerio de Minería y Metalurgia se sabe que actualmente se viene evaluando, con base a taladros de diamantina, el potencial del sector de complejos en profundidad, posteriormente encarar el recorte de integración y el cuadro en el sector de Bonanza, además de las labores de prospección y exploración del sector Posokoni, Cuchillani y otros. Ante este panorama, la preocupación surge ¿se tiene garantizada la provisión de carga para asegurar el funcionamiento del recientemente inaugurado Ingenio Lucianita?, que tiene previsto el tratamiento de 3000 TPD, sumadas a las 1200 TPD que se tratan en los ingenios de Santa Elena y Machacamarca.

A través de los medios impresos, se hizo público que Colquiri y Vinto hubiesen logrado  mayores utilidades que Huanuni, llegando la pasada gestión alrededor de 188,7 millones de bolivianos y Huanuni sólo logró 9,4 millones de bolivianos. Autoridades justifican este hecho;debido que,en la pasada gestión la EMH presentó diversos problemas financieros a causa del agotamiento de sus yacimientos, falta de equipos; pero por sobre todo, su elevado costo laboral, que se refleja en elevados costos de operación, sumados a la caída de precio del estaño en el mercado internacional.

Ante esta coyuntura, la semana pasada el gobierno propuso un Plan de Emergencia para la EMH,con $us 15 millones de inyección para la compra de equipo y maquinaria y así lograr un incremento en la producción de estaño en 9%; vale decir, de 780 TMF mensuales a 850 TMF para enfrentar la baja cotización del estaño, con un costo de producción de $us 7,5 la libra fina, además de una diversificación de la producción de minerales en nuevas áreas que podrían ser aprovechadas por el nuevo ingenio.Clásico en las movilizaciones de los mineros asalariados, la primera respuesta– obvia-,fue rechazar la misma; los trabajadores la calificaban como insuficiente,considerando que ésta debería garantizar el funcionamiento de Huanuni incluso si la cotización del estaño descendiera a $us 6 la libra fina. Tras un corto debate no les quedó otra que aceptar comoprecio base de $us7,5 por libra fina de estaño, condicionando que exista una flexibilidad y se revise de acuerdo a la fluctuación del precio internacional.

Con todo este panorama, tres hechos nos llaman la atención:

El primero,  que la propuesta hecha por las autoridades de gobierno señala la intención de incrementar el volumen de producción de 780 TMF mes a 850 TMF, considerando que entre diciembre de 2014 y enero y febrero de este año hubo una disminución en la producción en Huanuni ysólo se hubiese llegado a producir 450 TMF, cuando lo mínimo que debería tratar es  800 TMF. Esto contradice la versión del gobierno; habrá que recordar que en febrero de este año se inauguró el nuevo ingenio de EMH (Lucianita) que tiene previsto un volumen de tratamiento diario de 3000 toneladas por día, algo que le permitiría obtener 2000 TMF. Entonces, las cifras contempladas en este plan, al parecer no consideran al nuevo ingenio en Huanuni; si bien no se encuentra aún en funcionamiento, en un futuro próximo requerirá mayores volúmenes y si el precio del estaño no mejora y los costos de producción de Huanunino disminuyen, las pérdidas de la estatal minera pueden ser catastróficas.

La segunda, ¿existirá aún el potencial mineralógico de estaño para prolongar la vida útil del yacimiento de Huanuni y garantizar el funcionamiento de la mina y el nuevo ingenio asegurando la ley y volumen de carga requerido?

La tercera, el recientemente entregado Horno Ausmelt de Vintodebe elevarla producción de concentrados de estaño de 12.000 hasta 18.000 toneladas métricas/año, en los próximos meses requerirá de un mayor volumen  de estaño para que funcione al 100% de su capacidad, justificando la cuantiosa inversión hecha de $us 39 millones de dólares. Con este panorama se genera cierta incertidumbre para garantizar el funcionamiento de la metalúrgica Vinto y su nuevo horno Ausmelt.

Del camino y la estrategia a definir para Huanuni depende varias cosas, entre ellas: el futuro de la Empresa Minera de Huanuni, sus trabajadores, la Metalúrgica de Vinto, la economía de Oruro y el propósito de industrialización en el país, sin dejar de mencionar aspectos de una posible convulsión social.

Alfredo Zaconeta es periodista
http://juancutipa.blogspot.com

icono-noticia: 

MINERIA USURPADA

Alfredo J. Zaconeta Torrico

Como siempre con grandes discursos y desfiles, conmemoramos 136 años de la letal usurpación de nuestro litoral. No como siempre, considero que la conciencia sobre la pérdida de costa hoy más que antes es latente; sin embargo, no es de dominio general la conciencia cabal de la dimensión de lo que Bolivia perdió con la invasión chilena; los discursos omite aspectos importantes, como la minería.

La mal llamada Guerra del Pacífico–porque a todas luces esta fue una invasión premeditada – tuvo una larga gestación, misma que se remonta a inicios del siglo XIX, cuando los intereses de capitales británicos; luego de lograr la aceptación general del guano como abono en los países europeos, se instalaron en diferentes puntos de la costa del océano pacifico entre Perú y Bolivia. Posteriormente el guano fue sucedido por el salitre, recurso explotado por el empresario chileno José Santos Ossa y más tarde por la casa Guillermo Gibbs, quien después de muchas maniobras logró apropiarse de las salitreras de Tarapacá y Antofagasta.

Perú urgido por la necesidad de recursos nacionalizó estas concesiones creando la empresa “Estanco Salitre” en 1873, medida que afectó a los intereses británicos, que para ese entonces ya operaban en nuestro país. Fruto de esta acción, los intereses británicos volcaron sus ojos hacia Bolivia, poseedora de un reservorio atractivo derramado en sus costas. Los intereses ingleses y la oligarquía chilena pactaron y dieron los lineamientos para proceder con la invasión a Bolivia en 1879.

El territorio boliviano, usurpado por Chile, tenía una extensión de 120.000 km2. En un principio el usurpador sustrajo a Bolivia guano y salitre; más tarde nos despojaría del cobre, oro, plata y los todos los recursos evaporíticos depositados en el Salar de Atacama.

En su libro: “Desarrollo económico e histórico de la minería en Bolivia”, el historiador Roberto Arce señala: “La conquista del departamento del Litoral, por parte de Chile, representó para aquel país uno de los mayores aprovechamientos económicos que registra la historia como consecuencia de una acción bélica. En efecto, los ingresos impositivos provenientes del guano y salitre y, después, de la plata proveniente de los yacimientos Caracoles, permitieron el desarrollo económico de ese país. Posteriormente el cobre de Chuquicamata, el yacimiento cuprífero más grande del mundo, ha reportado enormes ingresos aún en nuestros tiempos”.

En la extensión del territorio usurpado por Chile, se desarrollaron varias minas entre ellas: El Abra, Michilla, Spence, El Tesoro, Esperanza, Gaby, Mantos Blancos, Lomas Bayas Zaldivar, El Peñón y las más conocidas, La Escondida y Chuquicamata, esta última considerada como la mina de cobre más grande del mundo, inició sus operaciones en 1910 y se extiende hasta nuestros días, junto a los Recursos Evaporíticos del Salar de Atacama (litio, potasio y yodo), fueron y son el sustento de la economía chilena.

El año 2014 la Compañía del Cobre CODELCO registró ingresos por un valor de $us 2.229 millones de dólares y hasta septiembre del mismo año SOQUIMICH registró utilidades que ascienden a $us 218 millones de dólares.

La invasión de Chile a Bolivia fue un hecho planificado, como medida geopolítica, en claro atentado a nuestro desarrollo, letal suceso que aún aqueja hoy en día a nuestra Bolivia. Sin esta invasión, la realidad chilena sería otra; su historia y desarrollo económicos se escribieron gracias al aprovechamiento de los recursos naturales  usurpados a Bolivia desde el guano y salitre, hasta el cobre y el litio.

Será labor del gobierno y de todos conocer y sumar estos criterios con mayor detalle a la formación de una conciencia nacional en nuestra población, para entender en cabal dimensión lo que significó y significa la usurpación chilena.

 

Alfredo J. Zaconeta Torrico es periodista

http://juancutipa.blogspot.com

icono-noticia: 

MINERIA: NECESARIO Y PRIORITARIO

Alfredo J. Zaconeta Torrico

En su ensayo “Consideraciones militares sobre el gas boliviano”, René Zavaleta, en 1969 señaló: “Así como aquellos complejos de inferioridad quieren hacernos suponer que aquí nada es posible porque somos un país mediterráneo, pobre y de insuficiente mercado interno –humanamente atrasadísimo además– la verdad es que la desgracia de Bolivia no está en el ser difícil y mediterráneo sino en tener dirigentes sin grandeza, gobernantes que no aman a su patria…Lo importante es nacionalizar el poder político de Bolivia, que está en manos hoy de extranjeros que se oponen a que nosotros seamos dueños de nuestra propia patria”.

Hoy podemos decir que los juicios de Zavaleta encontraron eco, luego de más de dos décadas de lucha mineros y campesinos, sumados al clamor del pueblo boliviano,desterraron el 2003 las intenciones de aquellos que fueron verdugos de la minería y privatizadores de los hidrocarburos.

El 2004, dentro de un escenario hostil lleno de incertidumbre, la nueva bonanza minera  encuentra a un sector minero privatizado y decadente, reservado para la autodenominada “minería mediana” y cooperativas mineras;además de una minería estatal sin probabilidades de afrontar esta nueva oportunidad,atada por el código minero de Sánchez de Lozada.

Las medidas que se requerían debían ser radicales, para devolverle al Estado su rol de operador minero a través de la COMIBOL, institución reducida a una administradora de contratos gracias a la Ley 1777. Lo que se requería era un nuevo Código Minero que perfile una política minera de largo aliento y sea de beneficio real para Bolivia.

No se puede negar que en un inicio las medidas dispuestas por el gobierno del MAS fueron apropiadas y oportunas – debido a la escalada de precios–permitieron recuperar Huanuni, Vinto y Colquiri para aprovechamiento del Estado; sin embargo, en esta intención de reactivar nuestra condición de país minero y aprovechar nuestros recursos, aún siguen pendientes temas que son necesarios como el Mutún y la instalación de fundiciones. Empero, lo definitivamente urgente es el diseño y ejecuciónde un serio y verdadero plande prospección y exploración minera, a partir de ello definir una política minera real de largo plazo que permita la preparación de minas para su explotación y garantizar los concentrados minerales para el funcionamiento de fundiciones y refinerías, hechos que permitan  posteriormente llegar a la tan aspiradaindustrialización minera.

El actual contexto internacional de precios, ha despertado una justificada preocupación en los operadores mineros de nuestro país; no es para menos, la caída de precios en varios de los minerales ha ocasionado que estos operadores exijan soluciones al Estado para afrontar una segura crisis en puerta.

Si bien la nueva Ley Minera (Ley 535) da algunos lineamientos para estas tareas, creemos que la prioridad del Gobierno debería centrarse en trabajar con los entes del Estado (SERGEOMIN – COMIBOL) y elaborar un plan agresivo que permita descubrir y explotar nuevos yacimientos. De nada sirve un plan nacional minero que hable de explotación, industrialización y comercialización de minerales, o la construcción de nuevos ingenios y fundiciones; sino pensamos antes,en la prospección geológica minera y la cuantificación de reservas con cuenta nuestra Bolivia.

A manera de ejemplo:Con todas las observaciones, la reactivación y puesta en marcha de Karachipampa es una realidad; sin embargo,actualmente las reservas mineras a ser tratadas provienen de la mina San Cristóbal, por información oficial se conoce que la vida útil de éste yacimiento, al actual ritmo de explotaciónserá de 10 años más; vale decir hasta 2025, posterior a ello ¿qué futuro le espera a Karachipampa?.  Bolivia conoce de dramas en temas de fundiciones en otros casos como La Palca yTelamayu, es necesario considerar estas viejas e ingratas experiencias para no volver a repetir errores.

Nadie discute que: “El desarrollo de la conciencia nacional” es un logro; una vez superada la fase de la concientización, como dueños de nuestra patria y nuestro destino, ahora requerimos de acciones colectivas prioritarias entre autoridades y operadores, para encarar y solucionar nuestros  problemas, proyectando a mediano y largo plazo soluciones.

icono-noticia: 

LITIO: ANALIZANDO A LOS ANALISTAS

Alfredo Zaconeta

A mediados del año 2008, por decisión de la actual gestión de gobierno y consientes de una oportunidad de desarrollo, Bolivia apuesta por lograr la industrialización de sus recursos evaporíticos, a partir de ello, se inicia tareas desde cero con la esperanza de que en un mediano plazo se pueda ver los primeros resultados.

A partir de entonces, las críticas por intereses internos y externos no se dejaron esperar, todas bajo la misma consigna: “Bolivia no podrá industrializar sus recursos sin ayuda externa”.

Actualmente, este panorama no ha cambiado; este proyecto continúa siendo víctima de los constantes ataques mediáticos con versiones de “analistas y especialistas”, que en su afán de crítica destructiva, claramente se suman a la posición de abrir las puertas a las transnacionales con sus técnicos y sus reglas para industrializar nuestros recursos evaporíticos. 

Las mentiras y calumnias ha sido el común de los “analistas y especialistas” del litio, cuando entre sus argumentos señalan: “Que los primeros de gramos de Carbonato de litio entregados al Presidente Evo fueron comprados de Chile”, “Que la inundación del Salar de Uyuni de 2011, destruyó todas las construcciones edificadas de la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos - GNRE”, “Que Bolivia quedo rezagada porque el boom del litio ya está pasando”. Así, son innumerables las versiones desatinadas e injuriosas de los “analistas”.

Estas declaraciones y versiones antojadizas usadas por “analistas” como Zuleta, Escalera y ahora Espinoza, casualmente son las mismas que usaron muchos ejecutivos de empresas transnacionales en oportunidad de su visita a Bolivia, con la intención de hacerse del Salar de Uyuni y su riqueza, ratificando su política empresarial de que “Bolivia solo es productor de materias primas y que el valor agregado se lo debe dar en el extranjero, ya que nuestro país carece de dinero, tecnología y personal competente”, o “Bolivia no logrará solo este objetivo por sus limitaciones”.

El principal detractor del Proyecto Estatal (Zuleta), es el mismo que el año 2009, se apersono a la administración del proyecto estatal de Industrialización de Recursos Evaporíticos (COMIBOL), solicitando trabajo, el mismo que fue rechazado, debido a que su perfil académico no era el requerido en un proyecto de carácter técnico – científico.

Este “analista” es aquel que posteriormente se empleó como consultor del grupo español y dudosa empresa “ENERGÍA LITIO” (noviembre 2010), quienes plantearon realizar un trueque de carbonato de litio como parte del costo de camiones, autobuses y otros que ellos mismos querían vender al Estado boliviano, propuesta que fue rechazada por su desproporción. A partir de ello, Zuleta en su frustración, se convirtió en el mayor crítico recalcitrante del Proyecto Estatal, sumándose al discurso de sus benefactores. La consulta obvia que sale de todo esto es: ¿si la GNRE le hubiere dado trabajo, hoy tendría el mismo discurso?.

Posteriormente en el año 2012, el “analista de lo intangible” aseguró que el boom del litio estaba presente y Bolivia quedaría fuera del mapa por el supuesto retraso que tiene en sus investigaciones: “la presencia del litio boliviano dentro de tres años (vale decir el 2015) en el mercado mundial será irrelevante, al paso que vamos, todo parece indicar que estamos a punto de perder el tren del litio”, segundo pronóstico errado.

Esta afirmación trae a colación el primer vaticinio equivocado del “analista”, hecha en enero de 1993,: “…la recesión económica en Estados Unidos, retraso para mediados de esta década (1995) el lanzamiento de al mercado de automóviles eléctricos, cuya energía provendrá de baterías químicas de ion litio”; algo que no sucedió. 

Ambas predicciones hechas por Zuleta, son carentes de veracidad; ninguna sucedió. De hecho se conoce que, la industria automovilística con base a baterías de litio, aún sigue en desarrollo y su mercado aún no está consolidado, estos presagios intencionados, muestran la calidad de profesional del autodenominado “especialista del litio”.

En el caso de Saúl Escalera, su paso por YPFB (2006 – 2009) como Gerente de Industrialización con la responsabilidad de industrializar nuestros recursos hidrocarburiferos y su fracaso en su misión, muestran en resumen su calidad profesional.

El novísimo “analista del litio” aparecido en escena, es el exministro de minería del último régimen neoliberal en Bolivia, que estuvo a la cabeza de Carlos Mesa. Nos referimos a Jorge Espinoza Morales; personaje que basó su experiencia laboral en el sector privado de la minería, es el menos indicado para hablar de industrializar los recursos evaporíticos de Bolivia; en su triste gestión como ministro, no hizo nada con referencia a los recursos evaporíticos y sólo se limitó a dar continuidad con la política minera entreguista y privatizadora labrada por Gonzalo Sánchez de Lozada con su Ley 1777, la misma que privó de sus facultades vitales a la COMIBOL, limitándola a ser una institución meramente administradora de contratos. 

En definitiva, a los “analistas” en cuestión les cuesta reconocer que Bolivia ha dado pasos fundamentales en la industrialización de sus recursos evaporíticos, en los cuatro proyectos que viene desarrollando simultáneamente, mencionemos sólo algunos ejemplos:

  • Funcionamiento de las plantas piloto de Cloruro de Potasio y Carbonato de Litio en su fase piloto, con producción continua.
  • Primera comercialización de las 250 toneladas de Cloruro de Potasio, abasteciendo de esta forma a parte del mercado interno.
  • En la fase industrial, total avance en la construcción del primer módulo de piscinas de evaporación.
  • Construcción de obras civiles, viales y de servicios básicos, necesarias para enfrentar este gran emprendimiento nacional, que comenzó de cero.
  • A estos avances podemos sumar en la tercera fase de esta estrategia nacional, la firma del contrato de riesgo compartido con el consorcio coreano Kores-Posco, que nos permitirá establecer en nuestro país una planta piloto de materiales catódicos en base a Litio.
  • También se puede mencionar los trabajos que se vienen desarrollando en el Salar de Coipasa – Oruro, con el objetivo preciso de conocer el proceso para el tratamiento de sus salmueras.

En resumen HOY BOLIVIA PRODUCE derivados de sus minerales evaporíticos, con tecnología boliviana, con procesos patentados y registrados por Bolivia y con profesionales bolivianos.

La arremetida mediática, a través de sus “analistas” y sus fuentes alternativas, sólo obedecen a una clara intención política, propia de mentalidades coloniales y “malinchistas”, las mismas que se niegan a vivir en la realidad que hoy Bolivia asume, buscando la confrontación constante, así sea recurriendo a calumnias y mentiras, con el único objetivo de desestimar la capacidad de industrialización del Estado Boliviano, y facilitar el camino de las grandes transnacionales, de las cuales seguro serían los futuros empleados.

El Autor es periodista y no es analista

icono-noticia: 

COLQUIRI, NACIONALIZACIÓN SÍ

Alfredo J. Zaconeta Torrico

El conflicto suscitado en la última semana en el centro minero de Colquiri, ratifica algunos aspectos, entre ellos la inseguridad jurídica para las inversiones mineras, indistintamente quien sea el operador minero.

Lo suscitado en Colquiri nos evoca inmediatamente a octubre de 2006, cuando las cuatro cooperativas que operaban en la zona decidieron tomar por la fuerza las operaciones de la Empresa Minera Huanuni en el cerro Posokoni de ese distrito, que dejó como saldo lamentable 13 muertos y decenas de heridos.

Ya en ese entonces junto a otros colegas, veíamos con preocupación la posibilidad de que este cruento episodio pueda replicarse en Colquiri, zona minera de similares características, que en sus entrañas cobija tanto a trabajadores asalariados de la empresa privada y cooperativistas mineros. No nos equivocamos, el avasallamiento a la Compañía Minera Colquiri por parte de los cooperativistas mineros fue cuestión de tiempo.

Para hacer una recapitulación de los hechos que circundan a Colquiri, debemos partir del contexto de 1985,cuando fruto de la Nueva Política Económica se dispuso la relocalización de miles de trabajadores incluyendo a este distrito. Liquidada la actividad minera estatal, en 1997 en claro afán privatista, Gonzalo Sánchez de Lozada mandó a elaborar la Ley 1777 (Código Minero en actual vigencia) que en sus artículos 91 y 94 limita el rol de la COMIBOL y autoriza la enajenación de su patrimonio.

El plan del ex mandatario se consuma el año 1999; como regalo de noche buena, su empresa la Compañía Minera del Sur – COMSUR, a través del DS 25631 de 24 de diciembre (gobierno de Hugo Banzer), se adjudica la licitación del contrato de arrendamiento de Colquiri, ofreciendo un porcentaje de participación del 3,5% del Ingreso Neto de Fundición y una inversión de 2 millones de dólares en los dos primeros años, esto se consolida en abril del año 2000 fecha en la que la COMIBOL, Compañía Minera Colquiri, COMSUR y Actis, firman un contrato de Arrendamiento de la mina Colquiri por 30 años, con posibilidades de ser ampliado por acuerdo entre partes, “si aun existieran reservas minerales”, para la explotación de zinc y estaño. Este contrato estableció un canon de arrendamiento de 2,8% del Ingreso Neto de Fundición por los primeros 4 años y luego el 3,5% por los otros restantes, esto incluía un goce de los activos de Colquiri que a tiempo de su arrendamiento tenía toda la infraestructura necesaria para el desarrollo de las actividades mineras: campamento, caminos, energía eléctrica, así como un valor en reservas mineras entre zinc y estaño de $us 192.000.000 (positivo y probable al año 2000).

Este contrato, junto al de Porco (Potosí, bajo dominio de SinchiWayra), siempre fue objeto de crítica por los bajos ingresos que reportan para el Estado y la minería estatal; además, en su oportunidad estos fueron acusados de dolo y lesivos contra el patrimonio del Estado; cabe mencionar que, dichos contratos nunca fueron enviados al Congreso para su consideración, aprobación o rechazo, como lo establecía la anterior Constitución Política del Estado. A esta serie de observaciones se debería sumar, ¿cuan facultada estaba COMSUR para subarrendar concesiones a favor de cooperativas mineras? Como lo hizo para asegurarse para cumplir con sus niveles de producción. El panorama se ensombrece más en febrero de 2005, cuando de forma sorpresiva a través de la prensa nacional se informa del traspaso de acciones de COMSUR a favor de la transnacional Glencore AG, que desde la fecha opera a través de su subsidiaria Sinchi Wayra en diferentes áreas mineras en el país.

Las observaciones a Sinchi Wayray sus operaciones  -entre ellas Colquiri-  siempre fueron objeto de critica, es por ello que el Presidente Evo Morales planteó la posibilidad de nacionalizar esta mina hace cuatro años, oferta que los trabajadores mineros de este distrito rechazaron. Este tema volvió a tapete de discusión en el último congreso de la FSTMB realizado en Potosí, en septiembre del pasado año, entonces un fragmento de la representación de Colquiri solicitó incluir en el documento político del congreso, la nacionalización de las minas de SinchiWayra, hecho respaldado por los representantes de Huanuni.

Las observaciones sobre la actual administración de Colquiri y los argumentos para su nacionalización son diversos, el accionar de sus ejecutivos siempre esta cuestionado, el último, la firma del convenio entre los cooperativistas que avasallaron sus instalaciones y la Compañía Minera Colquiri S.A., referente a la veta Rosario. Resulta que, esta veta que se encuentra de Norte a Sur, es parte del contrato de arrendamiento entre COLQUIRI S.A. y la COMIBOL, administradora de los derechos mineros en la mina Colquiri, por lo mismo, es la estatal minera quien debía autorizar de forma escrita cualquier transferencia a cualquier título de las zonas y/o yacimientos comprometidos en el contrato de Arrendamiento a segundas o terceras personas, al no darse esta figura, habría una tácita violación del contrato; por lo tanto, este quedaría nulo.

Sinchi Wayra siempre buscará sacarle el mayor rédito a sus operaciones, ya sean con contratos lesivos al Estado o firmando acuerdo para subarrendar sus áreas de trabajo con la condición de que se les venda la producción de minerales y así evadir las responsabilidades sociales y ambientales.

En el sector minero priman los intereses económicos por donde quieran verlo y estos se deben a la escalada en los precios internacionales de los minerales. Una ultima consulta es: ¿y cuando bajen los precios, qué vendrá? Lo más seguro es que operadores mineros cooperativistas y empresarios privados nuevamente exigirán medidas al Estado para garantizar la estabilidad laboral de sus trabajadores. En mi modesto entender este es el mejor argumento para que el Estado nacionalice Colquiri y las otras operaciones de Sinchi Wayra, y así administre y  garantice el futuro minero de nuestro país.

El gobierno debe reflexionar que nacionalizar sólo las concesiones de la empresa Sinchi Wayra y dejar a los cooperativistas operando en Colquiri, es alentar un seguro enfrentamiento como el acontecido en Huanuni.

icono-noticia: 

Páginas