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El jueves 30 de junio, 2016, el Presidente Evo Morales señalo que,antes, yo era su amigo, que militaba en el POR, pero que ahora soy un tránsfuga y conspirador. Para decir esto me relaciona con CNN y Carlos Valverde en un supuesto plan de conspiración a propósito del bullado caso Zapata.
Reíamos, bromeábamos, compartíamos ideales y, a pesar de pensar en métodos diferentes para lograr una sociedad más justa y feliz, no teníamos miedo de encontrarnos entre diferentes, porque éramos rivales políticos, pero sobre todo amigos. Siguiendo la máxima epicúrea compartíamos la idea que de los bienes que la sabiduría ofrece para la felicidad de la vida entera, el mayor con mucho es la adquisición de la amistad. Y es que cuando éramos amigos nos unían ideales como los de Nelson Mandela que decía: “Me gustan los amigos que tienen pensamientos independientes, porque suelen hacerte ver los problemas desde todos los ángulos. La honradez, la sinceridad, la sencillez, la humildad, la generosidad sin esperar nada a cambio, la falta de vanidad, la buena disposición para ayudar al prójimo son la base de la vida espiritual de una persona”.
Personas como Mandela, al que, después de tu victoria electoral y visita a Sudáfrica, lo calificaste de neoliberal, construyen puentes entre sus etnias, entre sus ciudadanos, entre sus religiones y atraen las mejores inversiones en inteligencia y en capital para lograr sacar de la pobreza a sus países. Líderes como Luther King, a pesar del odio recibido, transforman esa energía negativa en reconciliación y perdón que hace que las personas seamos cada vez más humanos, y no solo animales guiados por sus instintos.
Ya viendo el camino que habías optado, el 2011 escribí el artículo “Evo Presi, Evo amigo: ¡ya no más odio!”. En él te decía: “No sé si estas breves líneas las leerás alguna vez, pero no importa las escribo porque quiero sacarme un nudo que me ahoga en la garganta, un dolor que me atormenta el corazón. Y ese nudo y dolor es provocado por ver cómo invertimos tiempo, energías, dinero y capital humano en sembrar dudas, odio y revanchismo (…). Jefazo, como te dicen tus adláteres, no alientes más la confrontación entre bolivianos”. Si me escuchaste, los hechos hablan por sí solos. “Era mi amigo” dijiste, poniéndome en el bando de los “ex”. Cuando la política es convertida en instrumento de venganza, pierde el sentido del bien común, mata ideales y amistades. Para gobernar optaste por la lógica amigo-enemigo, en la que tú te haces poseedor de la verdad y si alguien no piensa igual que vos, automáticamente es tu enemigo. En esta perniciosa forma de manejar la res-publica, la concordia y concertación te parecen posiciones de cobardes reformistas, por lo que se debe partir, buscar y encontrar oposiciones antagónicas, fijando con claridad la figura del enemigo.
Invertiste tiempo y energías en identificar al “enemigo”, aquel con quien no se puede vivir y a quien, en última instancia, hay que quitar de en medio. Es por ello que, desde que entraste al gobierno, en vez de despertar entre lo bolivianos los valores mandelianos (perdón, reconciliación, bien común) te llevaron a seguir ciegamente por los caminos guevaristas de la guerra, la separación y la confrontación.
Esta lógica de revolucionarios que se ponen contra el mundo enemigo que ellos identificaron, es la que nos está llevando al aislamiento. Por un lado, pides que vengan inversiones, para ello te vas a la meca del imperio y al rato les sacas la entretela. Locos estaremos nosotros, pero los capitales no. Despotricas contra el imperio del Tío Sam, pero te haces el ciego ante el imperio del dragón chino al cual estamos entregando nuestras divisas y recursos naturales bajo condicionamientos peores que los del otro imperio. Pero eso no importa, los chinos son tus amigos y ellos pueden hacer cualquier cosa, no importa si el socialismo prometido se convierte en un capitalismo de caras conocidas. Robar es malo, disfrazarlo de revolución es perverso, creerlo es enfermizo y defenderlo es patético.
¿Conspiración? Es un absurdo internacional el querer enjuiciar a Fernando del Rincón de CNN por una noticia jamás publicada y peor meterme en una supuesta acción desestabilizadora. Yo no participé en la llegada a Bolivia de Fernando del Rincón de ninguna manera ni en la tramoya de un supuesto hijo. No lo vi, no hablé con él, aunque sería un honor. Por lo tanto, no he cometido delito alguno. Solamente en un régimen de terror una persona puede temer por su libertad al emitir un tuit.
Para terminar, como dice Mario Sarmiento, “Ahora que vas subiendo, cuida a tus amigos, los vas a necesitar cuando estés bajando”, porque los que hoy te idolatran porque gozas del poder te abandonaran en la soledad de tu existencia, olvidando lo bueno que hiciste, mientras que tu verdadero amigo siempre estará presto para apoyarte y ayudarte en las dificultades que te presente la vida. Saludos Presidente, mejor eran los amigos de antes.
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