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Los bonos soberanos que Bolivia emitió en los mercados internacionales de capitales por un 
monto de USD500 millones a una tasa de 4.875% son conocidos en las bolsas bursátiles como 
los Bolivia 22’s ya que tienen vigencia hasta el 2022. Por lo general, un bono soberano es un 
instrumento de deuda emitido por un país en una moneda extranjera.
De la variedad de instrumentos financieros en los mercados de valores, los bonos soberanos 
son considerados de mayor confianza ya que son respaldados por los propios países;  sin 
embargo,  existe la posibilidad que un país tome la decisión de  suspender el pago de estos 
instrumentos de deuda (default), por lo cual los que compraron el bono (inversionistas) no 
reciben ni sus intereses ni capital. 
Si yo dejara de pagar mis cuotas al banco por el préstamo que me hicieron,  inmediatamente 
me incautarían mis bienes y los rematarían para recuperar al menos el dinero que me 
prestaron. 
Si un país decide dejar de pagar sus bonos soberanos, los inversionistas que compraron estos 
bonos no pueden recurrir a este tipo de recursos para recuperar su dinero ya que los países no 
ofrecen ningún tipo de garantía más que su palabra, de lo contrario cuando Argentina entró en 
default hubiésemos visto como los inversionistas  hubieran tratado  de  incautar y  vender la 
histórica  Casa Rosada  en Buenos Aires.  A este tipo de riesgo, se lo conoce como el riesgo 
soberano.
Para ayudar a los inversionistas a minimizar el riesgo soberano existen los famosos reportes de 
riesgo país que son emitidos por las agencias calificadoras de riesgo, las 3 más famosas a nivel 
mundial son Fitch Ratings, Standard & Poor`s y Moodys.
De manera anual estas calificadoras elaboran sus reportes donde determinan la probabilidad 
que un país entre en  default  sujeto a su comportamiento económico, político y social. Esta 
probabilidad está expresada por una calificación basada en  las  letras A, B, C y D (de menos 
riesgoso a más riesgoso) donde por ejemplo un país con una calificación de “A” es considerado 
como un país con grado de inversión y con poca probabilidad de entrar en default y uno con 
calificación “D” es un país que se encuentra en default.
A parte de este tipo de reportes los inversionistas  consultan los  informes de organismos 
internacionales como el Fondo Monetario Internacional y empresas especializadas en este tipo 
de evaluaciones.
Estados Unidos tiene una calificación de AAA, esta calificación le otorga la categoría de un país 
con grado de inversión “Premium”, por lo tanto sus bonos soberanos son considerados libres 
de riesgo. Cualquier otro país con un menor grado de inversión (menor calificación) tendrá que 
emitir sus bonos soberanos a una tasa más alta que la de Estados Unidos para compensar al 
inversionista por el riesgo adicional que está incurriendo.La diferencia entre la tasa libre de 
riesgo (bono soberano de Estados Unidos) y la tasa a la cual un país emite sus bonos soberanos 
se llama spread.  Autor: Hianny Rubén Romero Gómez
Cuando Bolivia debutó en los mercados internacionales de capitales a una tasa de 4.87% la 
tasa del bono soberano de Estados Unidos era de 1.82% por lo que el spread  fue de 3.05% o 
305 puntos básicos (pbs). 
Al momento de emisión, el spread incluye una prima por primera emisión, por nueva emisión y 
por riesgo. La prima por primera emisión sólo se aplica a emisiones debut y se hace por una 
sola vez, es algo como el derecho de piso por entrar a los mercados internacionales de 
capitales. 
Debido a esta prima, erróneamente se puede querer comparar emisiones debut con otro tipo 
de emisiones. Cuando el país ya ha realizado una emisión sus bonos soberanos se tranzarán en 
el mercado secundario al vaivén de la oferta y la demanda, pero cuando el país desee captar 
nuevos recursos con otra emisión debe considerar una prima de nueva emisión, que es un 
incentivo para que los inversionistas compren sus nuevos bonos. Finalmente, la prima por 
riesgo es aquella prima que los inversionistas exigen al país por la probabilidad de que entre en 
default. 
La liquidez de los mercados internacionales de capitales del 2012 y a principios del 2013 fue 
producto de las condiciones económicas internacionales que llevaron a los inversionistas 
preferir instrumentos de renta fija sobre renta variable, especialmente aquellos de economías 
emergentes  (bonos soberanos).  Este exceso de liquidez permitió a países que emitieron sus 
bonos en ese periodo a sobrescribir sus libros, es decir la demanda excedía la oferta.
Para el caso de Bolivia se emitieron  un total de USD500 millones pero se demandaron 
aproximadamente un total de USD4.200 millones. Esta sobredemanda le permitió a Bolivia a 
reducir su prima de primera emisión, una prima que en promedio es de 5-10 pbs (.05%-.10%), 
pero no su prima de riesgo que no tiene relación con la liquidez del mercado.  En buen 
cristiano, no porque exista más liquidez en el mercado un país es más o menos riesgoso.
Cuando se  inició la estructuración de  los Bolivia 22s,  un primer acercamiento a  los 
inversionistas internacionales evidenció que poco se conocía de Bolivia y que se comparaba el 
país a Venezuela y Argentina por lo que consideraban que  el país  tenía un alto riesgo de 
default  debido a las nacionalizaciones que se estaban realizando y por tener un modelo 
económico socialista, esta apreciación  inicial situó la tasa referencial de Bolivia en un área de 
10.25%. 
El logro de Bolivia en la emisión de bonos soberanos  no  se basa únicamente en la 
consolidación de  nuevas fuentes de financiamiento  para el  país, o haber emitido  a tasas 
menores que la de otros países,  sino el posicionamiento de Bolivia en los mercados 
internacionales de capitales.
Se demostró a los inversionistas internacionales que Bolivia había mejorado en el ámbito 
económico y social de manera sostenida a diferencia de los países a los cuales se la comparaba 
inicialmente, los cuales se deben a un modelo y no circunstancias coyunturales. 
Por tanto, esta nueva confianza en el desempeño y perspectivas de la economía boliviana por 
parte de los inversionistas internacionales disminuyeron el riesgo que percibían de Bolivia 
inicialmente, de una tasa de 10.25% a 4.87%, algo que algunos consideramos sobresaliente.
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