Opinion

QUINUA: ¡A PONERSE LAS PILAS!
Buscando la verdad
Gary Antonio Rodríguez Álvarez
Miércoles, 22 Febrero, 2017 - 09:56

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Con la mejor intención, seguros de que ayudaría a promover el consumo de la ancestral quinua boliviana en el mundo, un gran esfuerzo respaldado por el propio Presidente del Estado, Evo Morales, logró que la ONU -a través de su Secretario General, Ban Ki-moon- declarara al 2013 como el “Año Internacional de la Quinua”, desde su sede en New York.

En la ocasión, el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, dijo que la quinua podría jugar un importante papel para erradicar el hambre, la desnutrición y la pobreza en el mundo. Esto alegró al país, por los auspiciosos resultados. El 2013 Bolivia exportó 35.000 toneladas de quinua por 153 millones de dólares.

El precio de la quinua, que apenas superaba los 1.000 dólares/ton a inicios de siglo, había trepado sin freno en la década dorada. Siendo promocionada como un superalimento sin gluten llegó a superar los 6.000 dólares/ton el 2014, año en que Bolivia logró 197 millones de dólares por las casi 30.000 toneladas exportadas.

Pero como todo lo que sube baja, luego empezaron las penurias: su precio cayó a menos de la mitad con el fin del auge económico, mientras que la productividad bajó por la menor fertilidad del suelo y los embates del clima. El 2016, Bolivia recibió apenas 81 millones de dólares pese a exportar 30.000 toneladas.

De otra parte, lo que se advirtió en su momento -que una mayor promoción de la quinua podría derivar en más competencia- se confirmó al poco tiempo, no solo con Perú -su adversario natural- sino que más de 70 países empezaron a investigar cómo producir quinua en sus propios territorios.

Pero el “balde de agua fría” para nuestros productores del Altiplano se dio al conocerse “El revolucionario descubrimiento genético que hará caer el precio de la quinua” (BBC Mundo, 9.2.17) dando cuenta que gracias a la biotecnología se descifró el genoma de la quinua, por lo que a partir de ello cualquier país podrá producir quinua, incluso con características nutricionales superiores.

¿Qué hacer frente a este escenario? En lo comercial: lograr una denominación de origen para diferenciar la quinua real orgánica boliviana como un producto único en el mundo dadas sus características intrínsecas asociadas al espacio intersalar Uyuni-Coipasa, donde se la cultiva. En lo productivo: introducir riego, reducir su ciclo de producción, hacer siembra directa y rotación de cultivos a fin de bajar costos y aumentar su productividad. La misma biotecnología que descifró el genoma de la quinua, podría ayudar a ello…

 

(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional

 

Santa Cruz, 22 de febrero de 2017