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Ingresó sin tener estudios, sin haber aprendido a leer y escribir, pero en reclusión, doña Silvia Iquise Condori aprovechó su tiempo para estudiar, y el fin de semana, logró graduarse de sexto de primaria gracias al Programa Nacional de Post-alfabetización.
Tímidamente Silvia confesó que su mayor deseo es continuar estudiando a pesar de estar recluida en esta cárcel desde hace un par de años. Esperanzada en cambiar de vida y rompiendo todo prejuicio social, Silvia no pierde la confianza de que algún día obtendrá su libertad y comenzará una nueva vida cuando se reintegre a la sociedad, pero ahora enfrentará otro reto: terminar la secundaria.
“Muchas gracias, estoy muy agradecida con ustedes porque aquí he aprendido a leer y escribir; yo estoy aquí porque mis abogados me han engañado, pero ahora que he aprendido nadie más me va a engañar, quiero seguir aprendiendo”, expresó María visiblemente emocionada y con lágrimas en los ojos durante el acto de graduación que se realizo en ambientes de la cárcel de Palmasola.
Al igual que Silvia, 131 privados de libertad de la cárcel de Palmasola lograron concluir el tercero y sexto de primaria gracias al Programa Nacional de Post-alfabetización.
Según el Director General de Post-alfabetización, Ramiro Tolaba, del total de beneficiarios graduados (131), 88 lograron concluir el tercero de primaria y 43 el sexto.
“Gracias al Programa Nacional de Post-alfabetización hemos logrado que un porcentaje significativo de la población joven y adulta de este centro penitenciario culminen sus estudios primarios, posibilitando que puedan proseguir sus estudios, resaltó Tolaba.
Añadió que los procesos educativos de alfabetización y post-alfabetización que se desarrollan en diferentes cárceles del país tienen una función de gran relevancia puesto que resguarda el derecho de todo ser humano para producir cambios en su vida.
Acotó que simultáneamente los reclusos de este recinto penitenciario recibieron capacitación técnica productiva en los rubros de confección textil básica, tejido artesanal y pintura.
Tolaba destacó que los reclusos de este recinto penitenciario hayan convertido los fríos y tenebrosos ambientes de la cárcel en escuelas con aulas instaladas en postas y celdas donde los privados de libertad encuentran un nuevo camino de esperanza para reintegrarse a la sociedad productivamente y responder a la demanda educativa.
Los actos de graduación se realizaron en diferentes bloques del penal de Palmasola donde hombres y mujeres que formaron parte de los procesos educativos de alfabetización y post-alfabetización accedieron a un derecho fundamental: la educación y ahora apuestan por dar continuidad a sus estudios en los niveles de educación secundaria y superior.

Cabe recordar que la Dirección General de Post-alfabetización y la Dirección de Régimen Penitenciarios, en pasados meses, suscribieron un convenio que garantiza educación primaria en la población carcelaria del país, además de establecer un marco de cooperación para desarrollar procesos educativos de alfabetización y post-alfabetización a favor de personas jóvenes y adultas privadas de libertad. (DGPA)
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