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La tranquilidad de la zona Alto Villa Victoria, de la ciudad de El Alto, fue interrumpida abruptamente la tarde de este lunes, cuando un fuerte estruendo alarmó a los vecinos que, sin saber lo que ocurría, temían lo peor por ese ruido que los levantó de su descanso y lastimó sus oídos.
Los habitantes del lugar pensaban que había desplomado un muro, había explotado una garrafa o que incluso un tractor había caído en su techo, pero no. Resultó que la fuerte explosión había sido provocada por un vecino, a quien sus sobrinos, contratados como albañiles, habían convencido para usar dinamita en su obra de construcción.
El hombre, identificado como Pedro A., indicó que su intención es hacer una construcción para habitar en esa zona. Contrató a sus sobrinos como albañiles, porque antes ya tuvo problemas con otros constructores, que dejaron la obras llevándose hasta palas y picotas.
Para la construcción, se debía mover tierra, pero tenían el problema de que el suelo del sector es difícil de maniobrar. Los sobrinos dijeron a Pedro: “tío, muy duro tu terreno”. Entonces el dueño de la propiedad, en el ánimo de avanzar más rápido en la obra, aceptó la propuesta de sus jóvenes familiares: usar dinamita.
Según conto el tío, uno de sus sobrinos compró el explosivo en el sector denominado como “La Riel”, en la ciudad de El Alto, donde funciona una feria sólo por las tardes por la Ceja. El joven había adquirido la dinamita con el pretexto de que la iba a usar para “sahumar” a un enfermo.
Pedro afirmó que sólo utilizaron un cachorro de unos 15 centímetros. Eso fue suficiente para alarmar a sus vecinos y que él, junto a sus dos sobrinos sean arrestados y llevados a la Policía.
La vecina Claudia M. relató que estaba en su habitación tejiendo, cuando de pronto escuchó el fuerte ruido. Pensó que uno de los tractores, que suele pasar por la calle de arriba por su casa, había caído encima de su techo.
Dijo que “como loca” salió del lugar y a gritos llamó a su esposo Benito. La explosión aturdió a la vecina. “Me he vuelto como una sonsa, como muerto viviente he hablado ese rato”, contó mientras aún le dolían los oídos.
“Pensé que ha explotado gas o ha caído un muro aquí abajo”, dijo otra vecina. Ella afirmó que otras personas en la zona también trabajaron sus obras con pala y picita, pero nunca recurrieron a la dinamita.
La mujer tenía a su hijo descansando en su casa, después de haber salido de una terapia intensiva. Lamentó que con la explosión, el joven se levantó asustado de la cama, donde debía guardar reposo.
Los vecinos expresaron su temor de que la explosión haya afectado a sus viviendas, sin embargo, el suboficial de Bomberos, Marcelino Limachi, descartó que hayan daños.
La Policía se llevó arrestados al dueño del terreno y sus dos sobrinos. Vecinos acompañaron a la comitiva que se dirigía a la fuerza anticrimen para prestar declaración contra los acusados.
El capitán Ruddy Saavedra, supervisor de la Policía de turno, señaló que este caso no se puede con un arreglo entre las partes, sino tiene que investigarse.
Pedro, por su parte, lamentó que tenga que enfrentar todo este inconveniente por “decir ya” a sus sobrinos.
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