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La segunda jornada de bloqueos que protagonizaron este jueves las cooperativas mineras terminó con varios detenidos, policías rehenes y un diálogo que aún no se instaló para resolver este conflicto.
El punto de bloqueo en que hubo más violencia fue otra vez Mantecani, en la carretera La Paz-Oruro, donde el miércoles ya se registró 41 policías rehenes y decenas de mineros detenidos, quienes fueron liberados en un canje por los uniformados.
Este jueves, se desató la violencia alrededor de las 15.00, cuando la Policía intervino para tomar el control de la situación.
Las fuerzas del orden gasificaron a los manifestantes que respondieron con violencia, incluso llegando a quemar una motocicleta.
El dirigente Federico Escobar ya afirmó en la tarde que varios de sus compañeros estaban detenidos y que de nuevo los cooperativistas tenían como rehenes a policías.
El enfrentamiento duró varias horas, según el periodista Carlos Magne. Después, los mineros procedieron a tomar lista a sus afiliados para saber cuántos faltaban.
Los detenidos fueron trasladados a instalaciones de la Policía de El Alto. Algunos de ellos estaban semidesnudos, pero el director de la Felcc, Félix Rocha, aclaró que los mismos llegaron en esas condiciones y se les facilito ropa, de acuerdo con la cuenta de Twiter del Ministerio de Gobierno.
Fencomin aseguró que tiene un pliego de 10 demandas para negociar con el Gobierno, pero el ministro Carlos Romero denunció que la verdadera intención de los cooperativistas es cambiar la Ley Minera para arrendar sus concesiones a empresas privadas.
No hay diálogo
La posibilidad de que se instale el diálogo se desvaneció este jueves con idas y venidas de cartas entre los cooperativistas y el Gobierno.
Fencomin informó en horas de la mañana que con una nota pidió fecha y hora para dialogar, pero el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, respondió que para instalar primero debían suspenderse los bloqueos.
Más tarde, Fencomin volvió a pedir diálogo en Oruro y rechazó levantar las medidas antes de que haya una solución a sus demandas. Y, de nuevo, Quintana insistió en que no se puede dialogar bajo la presión en las carreteras.
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