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Un grupo de discapacitados retuvo, al medio día de este miércoles, a una persona a la que acusaron de ser infiltrado en las actividades de los miembros de la caravana, asentada a pocos metros de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) a una cuadra de la Plaza Murillo en La Paz.
Las mujeres increparon a la persona identificada como P.A. Molina, quien en principio afirmó ser periodista de radio y al no mostrar credencial, despertó mayores sospechas entre los movilizados y ante el acoso de éstos, dijo ser miembro de la Policía Boliviana, y luego afirmó trabajar para Inteligencia del Estado.
Según los discapacitados, el supuesto infiltrado enviaba de manera sospechosa mensajes de texto a través de su teléfono móvil sobre los miembros de la directiva que podían ser aprehendidos en las siguientes horas, acusados de presunto encubrimiento a un discapacitado, sindicado en días pasados de abusar sexualmente de una de sus compañeras de protesta.
Los gritos y forcejeos llamaron la atención de la Policía que intervino en el escándalo, hasta rescatarlo llevárselo a dependencias policiales. El comandante de la UTOP, Raúl Grandi, declaró a los medios de prensa que no tenía conocimiento sobre la presencia de una persona con ese nombre.
Advirtió además a los discapacitados que no podían cometer excesos con la retención indebida de una persona y a pesar de la molestia, la Policía logró sacar del tumulto a quien fuera acusado de ser un agente infiltrado.
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