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El gerente general de la empresa Iteca, Alfredo Navarro, señaló que el mantenimiento anual a la pasarela, que se desplomó durante el Carnaval de Oruro, era responsabilidad de la Alcaldía de Oruro, como propietaria de la infraestructura.
Al respecto, la alcaldesa Rossío Pimentel dijo “no tengo ese informe, ese es un elemento nuevo que estoy escuchando por primera vez”.
En cuanto a la garantía, Navarro reveló que la garantía que tenía la pasarela era de un año. “Nosotros una vez que hemos entregado las pasarelas se han quedado con la Alcaldía. El plan original era que la Alcaldía iba a realizar los montajes, pero ellos no tenían el conocimiento de cómo hacer. Entonces nos han contratado a nosotros para hacer el montaje y hasta allí era la función nuestra. Nada más”, dijo en entrevista con la Red ERBOL.
“No nos sentimos responsables lógicamente del colapso pero sí estamos involucrados en el mismo por ser parte de haber fabricado la misma”, subrayó.
Por su parte, la alcaldesa Rossío Pimentel aseguró que la pasarela está totalmente garantizada. “Nosotros tenemos un documento de garantía que la empresa nos da por el montaje de la pasarela”.
Sobrepeso
Navarro explicó que la pasarela estaba construida para sostener a 350 kilos por metro cuadrado, y máximo podía llegar a 500 kilos. Sin embargo, al momento del colapso, estimó que había 630 kilos por metro cuadrado, lo cual es lo mismo que nueve personas en ese espacio, es decir, 130 kilos de sobrepeso.
Eso sumado a que el público –según, Iteca- empezó a bailar y saltar en la estructura fueron las causas del desastre.
En este tema, navarro destacó que la Alcaldía hizo lo “que tenía que hacer”, puesto que había instalado lonas en los laterales de la pasarela. “Allí hay un problema, que la gente con alcohol ha querido subir a ver a su grupo. Han cortado (la lona) han abierto ventanas, se han parado a bailar allí”, señaló.
A esto Pimentel añadió que una empresa, todavía desconocida, instaló el mismo sábado pantallas led de 10 metros de longitud y casi 500 kilos de peso. Aseguró que su instalación no estuvo autorizada por el municipio.
Relajamiento
El representante de Iteca supuso que los guardias que vigilaban que las personas circulen con normalidad por el paso peatonal se relajaron, puesto que la pasarela ya venía funcionando sin problemas durante tres años.
“Los guardias que estaban allí se fueron y nunca pensaron que iba a entrar una gente a trancar y hacer esa atrocidad”, concluyó.
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