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Vecinos de la zona Viliroco en El Alto evitaron el robo de un minibús, durante la madrugada de este jueves. Los sorprendente fue que atraparon a un niño de unos 10 años que, en estado de ebriedad, confesó que con sus hermanos pretendía llevarse el vehículo.
El vecino y dueño del minibús, Hermenegildo C. A., relató que junto a su familia había escuchado ruidos del vehículo y hasta había sonado la bocina.
Vieron por la ventana y a gritos preguntaban “¿quién es?”. La bocina ya había sonado tres veces. Entonces alertaron a los otros vecinos y de inmediato se aceraron al minibús.
Adentró de la movilidad estaba el niño. Lo primero que percibió Hermenegildo fue que el menor tenía un tufo muy fuerte. Estaba en un claro estado de ebriedad.
Primero, el niño quiso escapar y no decía nada de los ocurrido, pero después confesó a los vecinos que sus hermanos le habían hecho beber.
Según el vecino, el menor contó que, al momento de ser descubiertos, dos de sus hermanos se habían escapado dejándolo a él en el vehículo. Confesó que su intención era robarse el minibús.
El niño, al ser entrevistado, manifestó que su hermano mayor le induce a realizar los robos y que incluso le enseñó a conducir. Le decía que debe comportarse “macho”.
Aseveró que él era el encargado de acercarse a los minibuses para abrirlos. Dijo que ya habían robado en seis ocasiones. Ratificó esa cifra contando con sus dedos.
El niño sostuvo que tiene seis hermanos y que su mamá sabe a lo que se dedican. Agregó que no tiene miedo.
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