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Un joven de 22 años, Germán Aliaga Céspedes, murió por heridas presuntamente por disparo de balines de metal, en un fuerte enfrentamiento por 104 hectáreas de tierras.
El hecho sucedió en inmediaciones de Itapaya, en la zona denominada Ciudad del Niño en Sipe Sipe, provincia de Quillacollo en Cochabamba, confirmaron autoridades a la red Pío XII, integrante de la red ERBOL.
El director provincial de la Policía de la zona del Valle Bajo, coronel Jorge Guido Zeballos, reportó que se detuvo a una persona en posesión de un revólver.
Alrededor de catorce heridos de gravedad fueron atendidos en hospitales de Quillacollo, Cochabamba y en las afueras de algunos centros médicos debido al colapso de los mismos, según testimonios de los propios familiares.
Un herido de gravedad tendría incluso una bala incrustada en el ojo izquierdo, de acuerdo al reporte de la emisora local.
¿Qué sucedió?
Alrededor de 300 personas se enfrentaron con piedras, palos e incluso armas de fuegos como escopetas con balines, según el coronel Zeballos, en un conflicto por terrenos que de acuerdo a los originarios y la autoridad policial, en primera instancia eran de la comunidad y posteriormente pertenecieron a una hacienda administrada por la Iglesia.
Un sacerdote ya fallecido habría vendido las tierras a una señora, Vitaliana F., cuyos trabajadores serían los que arremetieron junto a supuestos sicarios o avasalladores contra los originarios de la zona.
La autoridad policial habló de bastante gente, aproximadamente 250 personas que atacaban desde fuera a alrededor de 50 comunarios resistiendo desde el interior de la hacienda.
El comandante dijo que las investigaciones determinarán todos los tipos de armas empleados en los enfrentamientos. Agregó que junto a un fiscal se realizará una inspección técnica ocular para confirmar si se usaron cachorros de dinamita en los enfrentamientos.
Originario culpa al INRA
Una autoridad indígena originaria del lugar, integrante del ancestral Consejo de Justicia culpó del conflicto a “oscuras titulaciones del INRA”.
Relató el líder originario que tradicionalmente, durante la Colonia y la República, estas tierras ancestrales originarias habían sido respetadas pero que en los últimos años esto no sucedió.
Enfatizando que estos conflictos no son recientes, tras la venta de los terrenos, señala que el INRA tituló las tierras sin previas consultas a los habitantes del lugar.
Señaló asimismo a la señora Vitaliana F. que no pudo ingresar antes y que ahora contrata sicarios que meten bala “sin misericordia”.
Para la autoridad indígena, cuyo nombre se mantiene en reserva por seguridad, no hay instancias para solucionar y no hay respeto por parte de la justicia ordinaria para respetar los territorios ancestrales.
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