Reportan heridos de bala en represión en Valle Sajta

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Gobierno presume disparo de escopeta
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Balas disparadas con arma de fuego hirieron al niño Jeison Lazo Gutiérrez (10) y a la joven Susan Flores (21), durante la represión policial del lunes en Valle Sajta (Cochabamba) contra universitarios, confirmaron a ERBOL el médico cirujano Luis Chuquimia Bellot y la religiosa Luz Marina Morón.

Según el galeno del Hospital de Ivirgarzama, el proyectil ingresó por la pelvis derecha, provocó un trauma abdominal y dañó el hígado y la parte derecha del colon del menor, que ese instante huía de la gasificación de los uniformados.

En el caso de la universitaria, la bala perforó su brazo izquierdo y necesita la atención de especialistas.

“En la radiografía (de Jeison) se evidencia que hubo un trauma abdominal fracturante por proyectil de arma de fuego y otras consecuencias. Hubo pérdida de sangre, había que detener e hicimos una sutura”, indicó.

Grupos de estudiantes bloquearon la carretera Cochabamba-Santa Cruz, para exigir la facultización de la Unidad Académica de la Universidad Mayor de San Simón en el Valle Sajta, a raíz del hecho fueron reprimidos por la Policía.

En el intento de desbloqueo, los gases lacrimógenos penetraron los ambientes de la Unidad Educativa Juan Pablo II. Los niños abandonaron las instalaciones de la escuela para buscar cobijo y en ese intento, el niño Jeison Lazo recibió el disparo por arma de fuego.

Tras el incidente el niño fue trasladado hasta el hospital de ivirgarzama y en horas de la noche a la ciudad de Santa Cruz, con la finalidad de prestarle mejor atención.

“La radiografía es clara, se observa el metal del proyectil, tengo el informe oficial. No podemos hablar de un balín o una esquirla, eso hemos demostrado médicamente”, agregó Chuquimia.

Sobre la estudiante, la hermana Luz indicó que ella fue víctima directa de la acción policial y que fue trasladada a la posta sanitaria y derivada al nosocomio.

Preocupación

El sacerdote Víctor Cadima indicó a ERBOL que los pobladores de Valle Sajta vivieron momentos de tensión a raíz del niño herido, lo que inclusive enervó los ánimos.

“Yo estuve en el Hospital para ver la situación del niño. Noté que los policías se pusieron nerviosos, no supieron explicar qué había sucedido. Ellos insistían que usaron balines de goma, pero la radiografía es bastante clara. Ellos (los policías) se comunicaban a cada rato con La Paz, parece que desde allá les llamaron la atención”, recordó.

El religioso indicó que los uniformados actuaron irresponsablemente al proceder con la gasificación, ya que no tomaron en cuenta que la escuela del pueblo cumplía con sus actividades habituales.

“Durante la gasificación los alumnos escaparon por todo lado, sus padres estaban preocupados y es ahí donde se produjo el daño al menor. La hermana Margarita (religiosa) les fue a reñir a ellos, diciéndoles porqué se estaban ensañando de esa manera”, agregó.

En ese centro educativo se había organizado un evento con la participación de tres escuelas seccionales, además de la presencia de padres de familia.

Como efecto del gas hubo niños, jóvenes y personas mayores intoxicadas.

Testimonio

La religiosa Morón sostuvo que el Ministerio de Gobierno actuó conscientemente con el niño, pero no fue ecuánime con la universitaria de San Simón.

“Ella necesita ayuda, fue herida por un arma de fuego y el gobierno se desentiende. Yo pude hablar con el presidente Evo (Morales), aprovechando un acto de alcaldes, y le dije que atienda a los heridos de bala. No se preocupe hermana vamos a solucionar todo, me dijo”, relató.

Comunicado

Este martes, el Ministerio de Gobierno emitió un comunicado en relación al niño herido. La nota textualmente señala lo siguiente:

“El Ministerio de Gobierno informa a la opinión pública que el menor Jeison Lazo Gutiérrez (10) herido presumiblemente por esquirlas de un disparo de escopeta de salón durante el desbloqueo que la Policía realizó en el Valle de Sajta, en el trópico de Cochabamba se encuentra estable y recibe la mejor atención médica disponible. 

Según el primer informe médico, el niño fue alcanzado por un proyectil deformado calibre 22, que se presume es de un rifle de salón. La Policía solicitó un informe balístico para certificar científicamente las características del mencionado proyectil. 

Los efectivos policiales desplegados en el operativo no tenían autorización para el uso de armas letales ni armas de fuego de ninguna índole, tal como se establece en los procedimientos y regulación interna de la Policía Boliviana y la prohibición expresa de 8 de junio de 2013, dirigida por el Viceministerio de Gobierno, Régimen Interior y Policía del Ministerio de Gobierno al Comando General de la Policía Boliviana. Ante la evidencia de que algunos bloqueadores usaban escopetas, la Policía se vio obligada a utilizar gases lacrimógenos. 

Antes del empleo obligado de agentes químicos, los policías recurrieron a la persuasión y disuasión pacífica para desbloquear el lugar. 

El Ministerio de Gobierno ha formalizado un requerimiento ante el Ministerio Público para que se investigue este hecho hasta individualizar, procesar y sancionar al o los responsables”.

 

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