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El escándalo de corrupción del gobierno kirchnerista que conmociona a Argentina ya salpica a Bolivia. Al menos dos empresas involucradas en la presunta red de sobornos, denominada “Lava Jato” argentino, tuvieron contratos millonarios durante el gobierno del Movimiento Al Socialismo.
Las presuntas coimas de descubrieron por los cuadernos de anotaciones del chofer de un alto funcionario de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. En los manuscritos se describe cómo el conductor llevaba bolsas de dinero que empresarios pagaban como sobornos a autoridades gubernamentales.
Uno de los empresarios capturados por este caso es Gerardo Ferreyra, vicepresidente de la compañía Electroingeniería, la misma que formó parte del consorcio Ar.Bol. (Argentina-Bolivia), que fue contratada por el Gobierno boliviano en enero de 2010 por 257 millones de dólares para construir la carretera Santa Bárbara-Caranavi-Quiquibey.
En el acto de firma de contrato, en Palacio de Gobierno, el mismo Gerardo Ferreyra, estuvo en Palacio de Gobierno junto al presidente Evo Morales, y elogió la construcción de equidad social en Bolivia. Ahora, el empresario está detenido.
Morales al lado de Ferreyra en el acto de firma de contrato con Ar.Bol. Foto/ABI
Según el periódico La Nación de Argentina, la compañía Electroingeniería era una pequeña empresa (pyme) hasta que a partir de 2003, con el kirchnerismo, se convirtió en una de las grandes jugadoras de la obra pública en Argentina.
En Bolivia, el consorcio Ar.Bol. no cumplió con el contrato para la construcción de la carretera Santa Bárbara-Caranavi-Quiquibey. En agosto 2015, el Gobierno anunció que había decidido rescindir el contrato, después de advertir mucha demora en las obras.
Otra empresa involucrada en el escándalo de sobornos argentino es la española Isolux-Corsán Corviam, que fue conocida en Bolivia por abandonar en 2017 dos obras multimillonarias que le adjudicó el Gobierno: la construcción de la hidroeléctrica Miguillas y la carretera Ixiamas-San Buenaventura.
El empresario implicado es este caso es el argentino Juan Carlos De Goycoechea, expresidente de la filial argentina de Isolux, quien al menos hasta la tarde de este jueves estaba prófugo de la justicia . Según La Nación, el acusado mandó a decir al juez que se presentaría después, porque estaba de viaje esquiando.
No es la primera vez que el nombre de Goycoechea surge vinculado al de Bolivia. En 2017, el periódico español El Mundo publicó que Isolux había montado una red de sobornos en Sudamérica.
Según la publicación, Goycoechea se dirigió por correo electrónico a diversos cargos de Isolux el 30 de marzo de 2015 para aconsejar el pago de “un millón de dólares que sería prudente dejar en Bolivia para atender una serie de compromisos que ayudan y mucho”.
El presidente Evo Morales ya expresó su apoyo a Cristina Fernández, a que criterio padece amedrentamiento por órdenes del imperio, mediante una persecución judicial de la derecha.
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