Los diputados brasileños ceden a la presión de la calle
Otro golazo de la calle. En la noche del martes se produjo un resultado en la Cámara de Diputados de Brasil que habría sido impensable sin las protestas que comenzaron el 6 de junio. La propuesta que en las manifestaciones se asociaba con la impunidad ante la corrupción; el proyecto que limitaba los poderes de investigación del Ministerio Público; la famosa PEC-37 (Propuesta de Enmienda Constitucional 37); la misma que en junio de 2011 consiguió el respaldo de 207 diputados; la que fue aprobada seis meses después por la Comisión de Constitución y Justicia y en noviembre de 2012 por la comisión especial que la analizó; la norma que sólo esperaba el aldabonazo de una Cámara controlada en un 80% por el Partido de los Trabajadores y sus aliados… Esa propuesta fue rechazada anoche por 430 votos en contra, 9 a favor y 2 abstenciones.
El proyecto pretendía limitar la capacidad de investigación de los fiscales y potenciar las atribuciones de la policía. Los detractores de la propuesta afirmaban que con si se hubiera aprobado esa ley en el futuro jamás se habría avanzado en las investigación de casos como el mensalão, un escándalo de sobornos parlamentarios y financiación ilegal de campañas ocurrido durante el primer mandato de Luiz Inácio Lula da Silva.
Con cada voto en contra, la zona de la Cámara habilitada para invitados, tomada por activistas, estallaba en ovaciones hacia el diputado que rechazaba el proyecto. Después de casi tres semanas de movilizaciones, el viento de la calle irrumpió en el Congreso. Véase si no, las palabras con las que presidente de la Cámara, el conservador Henrique Eduardo Alves, del PMDB, se dirigió a los diputados: “Tengo el deber y la sensibilidad de decirle a esta casa que todo Brasil acompaña la votación de esta materia esta noche en el plenario. Y por eso, tengo el deber y la sensibilidad de declarar, perdonen la osadía, que sería un gesto importante, por unanimidad, derrotar esa PEC”.
Tras rechazar la PEC-37, la Cámara abordó a la una de la madrugada una propuesta que la presidenta Dilma Rousseff impulsó en mayo y trajo a colación el pasado viernes a raíz de las protestas. El proyecto original consistía en destinar el 100% de los recursos del Estado al sector de la educación. Finalmente, la Cámara decidió destinar el 75% a educación y el 25% a sanidad. Ahora, la propuesta deberá ser refrendada también en el Senado.
Desde que Dilma Rousseff tendió la mano a los manifestantes el pasado viernes y asumió que la política necesitaba “el oxígeno” de la calle, unos titulares suceden a otros en la prensa a ritmo frenético. Primero se derogó la subida de los 20 céntimos, después el gobernador de São Paulo, Geraldo Alckmin, suspendió por un año la subida del 6% prevista para el 1 de julio en los peajes de las autopistas, la presidenta anunció su propuesta de cinco pactos nacionales y la Cámara rechazó ayer la ley que más se asociaba con la impunidad y la corrupción. La clase política entendió que no se trataba sólo de 20 céntimos. (EL PAÍS)