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Fuente: La Nación
Mientras lidia con las internas en su gobierno, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sigue encontrando espacios para la polémica. Esta vez, volvió a uno de sus blancos recurrentes, los homosexuales, al afirmar que Brasil no puede convertirse en un "paraíso" del turismo gay.
En un desayuno con periodistas en el Palacio del Planalto, el mandatario de ultraderecha respondió a una pregunta sobre la imagen de homofóbico que tiene en el exterior y dijo que eso no perjudica las inversiones extranjeras, sino a las familias brasileñas. Resaltó que él defiende las costumbres conservadoras y que no quiere que Brasil se vuelva un país del "mundo gay, de turismo gay".
"Si quieres venir a tener sexo con una mujer, adelante -dijo-. Pero no podemos dejar que este lugar sea conocido como un paraíso para el turismo gay. Tenemos familias".
Por otra parte, al enterarse de que el Banco do Brasil había comenzado a divulgar una nueva campaña que apuntaba al público joven y mostraba, entre otras cosas, a mujeres y hombres negros, tatuados y con anillos, llamó al presidente de la institución, Rubem Novaes, y le pidió que retirara del aire el video.
Poco después, el banco informó que había decidido despedir al director de Comunicación y Marketing de la entidad, responsable por la campaña que pretendía acercar el público joven y más diverso al banco.
Bolsonaro ya había reivindicado "con orgullo" su carácter de homofóbico y hasta llegó a decir, antes de asumir la presidencia, que prefería tener un hijo muerto a uno homosexual.
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