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El lunes 24 de agosto lleva camino de hacerse un hueco entre los peores días para las Bolsas de todo el mundo en los últimos años.
Esto no es cualquier cosa en unos mercados que desde agosto de 2007, cuando estalló la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos, registran bastantes jornadas dignas de enmarcar en los libros de historia por aciagas para los inversores. El Ibex, a media sesión, se dejaba un 4,4%. París y Fráncfort se han situado en números rojos en el entorno del 5%. Y los futuros de Wall Street anticipan que el hundimiento comenzado en Asia iba a proseguir en América.
La semana ha comenzado teñida de rojo por la preocupación sobre la marcha de la economía china, que las últimas medidas del régimen no han servido para allanar, y como reacción a los descensos del viernes pasado en las principales plazas europeas y estadounidenses.
Y como si de un círculo se tratara, los desplomes de los mercados asiáticos se han contagiado a Europa.
El índice de referencia de las Bolsas chinas, el de Shanghái, cedieron un 8,49% al cierre. Es la mayor que ha registrado este índice en este verano que se está convirtiendo en una pesadilla para los inversores en renta variable en el gigante asiático. De hecho, es la mayor caída desde julio de 2007.
El otro gran índice chino, el de Shenzhen, más centrado en títulos de tecnológicos, ha perdido un 7,7%. No hay que irse tan atrás para encontrar un retroceso mayor, pero sí que es de los mayores de este terremoto estival.
En Japón, las acciones del mayor índice del país, el Nikkei, han cerrado este lunes con un descenso del 4,61%. El yen, considerado una moneda refugio en tiempos turbulentos, se apreciaba por cuarta jornada consecutiva frente al dólar.
Si el jueves anterior la cotización de la divisa estadounidense llegaba a los 124 yenes, este lunes se ha situado en 120,79 yenes, un golpe para los exportadores nipones.
El índice Hang Seng en Hong Kong se ha dejado un 5,17%, un castigo más leve que el de las Bolsas chinas pero igualmente relevante para un selectivo tradicionalmente estable.
Las Bolsas en Australia, Singapur o Malasia también registraban retrocesos.
El Ibex cae a su mínimo desde enero
En Europa, todas las Bolsas han seguido el camino marcado por Asia . El Ibex 35 ha empezado la sesión con caídas superiores al 3% y ha perdido más conforme transcurría la sesión. Poco antes de las dos de la tarde el selectivo se situaba en los 9.860,7 puntos.
En poco más de un mes, el Ibex 35 ha cedido más de un 13%. El índice se encuentra por debajo de los niveles que marcó en los momentos de mayor inestabilidad en Grecia de los pasados meses de junio y julio, cuando el riesgo de ruptura del euro se elevaba.
El índice se encuentra en su nivel más bajo desde enero.
Entre los valores del Ibex 35, Gamesa, con fuerte presencia en China, junto con ArcelorMittal y Acerinox (dos firmas muy expuestas a la demanda de acero) encabezan las pérdidas.
Las pérdidas también han crecido en el resto de Europa. Las caídas de París y Fráncfort han llegado a situarse en el entorno del 5%.
El miedo en Alemania, atenuado poco después de las dos y media de la tarde, ha llegado por la exposición de varias grandes empresas alemanas al mercado chino.
Preocupación por China
El nerviosismo de los inversores viene alimentado por la preocupación acerca de la economía china, la segunda del mundo, y el temor a que la ralentización pueda ser más profunda de lo esperado.
En el segundo trimestre del año creció a un ritmo del 7%, el más lento desde 2009. El 11 de agosto, el Banco Popular de China (central) anunció por sorpresa una devaluación del renminbi, la mayor semanal en 21 años y una medida que las autoridades económicas del país habían descartado públicamente en varias ocasiones con anterioridad.
Desde la puesta en marcha de la iniciativa, encaminada a alentar un sector exportador que había sufrido fuertes caídas, los valores en todo el mundo han perdido en torno a los 5 billones de euros.
El viernes, los datos oficiales mostraban una contracción en el sector manufacturero chino en las primeras tres semanas de agosto a un ritmo desconocido desde el estallido de la crisis financiera global.
El anuncio este domingo de que el Gobierno chino permitirá al principal fondo de pensiones estatal invertir en Bolsa no ha sido suficiente para contrarrestar los temores.
El fondo podrá invertir hasta el 30% de sus activos netos en acciones que coticen en los mercados nacionales y otros instrumentos financieros.
La idea es intentar inyectar liquidez en los mercados de renta variable tras la huida de muchos pequeños ahorradores, que han visto sus fondos decrecer.
La Bolsa china acumula una bajada superior al 30% desde las fuertes correcciones de julio y se sitúa en mínimos de los último cinco meses.
Y las autoridades no están consiguiendo transmitir a los inversores un mensaje de estabilidad.
En una rueda de prensa el domingo, el director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional para Italia y Grecia, Carlo Cottarelli, quiso lanzar un mensaje de tranquilidad.
La institución financiera calcula para este año un crecimiento del 6,8% para la segunda economía del mundo.
La ralentización china y la caída de sus acciones son un ajuste “necesario”, por lo que hablar de una crisis “es absolutamente prematuro”, subrayó Cottarelli.
Caída del petróleo
El brent, crudo de referencia en Europa, se situaba esta mañana por debajo de los 45 dólares por barril por primera vez desde marzo de 2009, hace casi seis años y medio. El crudo estadounidense también está en sus mínimos desde la crisis financiera.
Su descenso ha provocado ya la cancelación de proyectos de inversión multimillonarios y el despido de decenas de miles de trabajadores de las petroleras.
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