Internacional
Carta póstuma de Alan García
García: Mi cadáver en muestra de desprecio a mis adversarios
Cortejo fúnebre de García. Foto: Agencia Andina.


Viernes, 19 Abril, 2019 - 17:44

Antes de quitarse la vida, el expresidente del Perú, Alan García, escribió una carta póstuma que fue revelada este viernes por su hija, durante el velorio del exmandatario.

En el texto, García sostiene que no recibió sobornos y que no tiene porqué sufrir “injusticias y circos”, cuando cumplió su deber en la política.

“Dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones, a mis compañeros una señal de orgullo, y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios porque ya cumplí la misión que me impuse”, sostuvo.

Señaló que, a pesar de que se intentó criminalizarlo, no le encontraron nada. Criticó que se usen procedimientos para “humillar o vejar” y aseguró que él no tiene “por qué aceptar vejámenes”.

García se suicidó el 17 de abril con un disparo en la cabeza, cuando estaba a punto de ser detenido por el caso Odebrecht, en el cual se le acusa de haber recibido sobornos de parte de la empresa brasileña.

Carta de García (Fuente: Andina)

Cumplí la misión de conducir el aprismo al poder en dos ocasiones e impulsamos otra vez su fuerza social. Creo que esa fue la misión de mi existencia, teniendo raíces en la sangre de este movimiento.

Por eso, y por los contratiempos del poder, nuestros adversarios optaron por la estrategia de criminalizarme durante más de 30 años, pero jamás encontraron nada y los derroté nuevamente, porque nunca encontraran más que sus especulaciones y frustraciones.

En este tiempo de rumores y odios repetidos, que la mayoría creen verdad, he visto como se utilizan los procedimientos para humillar o vejar y no para encontrar verdades.

Por muchos años me situé por sobre los insultos, me defendí y el homenaje de mis enemigos fue argumentar que Alan García era suficientemente inteligente como para que ellos no pudieran probar sus calumnias.

No hubo ni habrá cuentas, ni sobornos, ni riquezas. La historia tiene más valor que cualquier riqueza material. Nunca podría haber precio suficiente para quebrar mi orgullo de aprista y de peruano.

Por eso repetí: otros se venden, yo no.

Cumplido mi deber en la política y en las obras hechas para el pueblo, alcanzadas las metas que otros países o gobiernos no han logrado, no tengo por qué aceptar vejámenes. 

He visto a otros desfilar esposados, guardando su miserable existencia. Pero Alan García no tiene por qué sufrir esas injusticias y circos, por eso le dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones, a mis compañeros una señal de orgullo, y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios porque ya cumplí la misión que me impuse.

 Que Dios, al que voy con dignidad, proteja a los de buen corazón y a los más humildes.