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Fuente: Telemundo
El presidente, Donald Trump, ha amenazado con utilizar al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) para deportar a millones de inmigrantes indocumentados, a partir de la siguiente semana.
“La próxima semana, ICE comenzará el proceso de remover a los millones de extranjeros ilegales que ilícitamente han encontrado su camino hacia Estados Unidos. Serán eliminados tan pronto como entren”, escribió Trump en su cuenta de la red social Twitter.
“México, usando sus fuertes leyes de inmigración, está haciendo un muy buen trabajo al detener a las personas... mucho antes de que lleguen a nuestra frontera sur. Guatemala se está preparando para firmar un acuerdo de [tercer país seguro]. Los únicos que no harán nada son los demócratas en el Congreso. ¡Deben votar para deshacerse de las lagunas y arreglar el asilo! Si es así, ¡la crisis fronteriza terminará rápidamente!”, añadió el mandatario.
El Gobierno guatemalteco no ha confirmado que se prepare para acoger a los inmigrantes que llegan de Honduras y El Salvador en su camino a Estados Unidos, lo que pasaría si firmara un tratado de tercer país seguro.
México también ha evitado firmar un acuerdo de esta naturaleza, pues supondría que los migrantes que quieran llegar a pedir asilo a Estados Unidos no podrían hacerlo, viéndose en cambio obligados a pedirlo en México: en teoría el primer país seguro a su paso desde el país que huyeron.
Tampoco está claro cuáles serían las consecuencias humanitarias de realizar deportaciones masivas a una escala de millones, como ha sugerido Trump.
Ni si las autoridades migratorias, cuyos recursos se encuentran severamente desgastados por la reciente llegada de decenas de miles de solicitantes de asilo a la frontera suroeste, tendrían la capacidad de realizar una operación de semejante magnitud.
En contra de los dichos del presidente de que hay una “invasión” de inmigrantes indocumentados, los estudios más recientes señalan que el número de indocumentados ha caído a su nivel más bajo en 15 años.
La semana pasada, el instituto de investigaciones independientes Pew Research publicó los resultados de un estudio que mostraba que el número de indocumentados iba a la baja, impulsado en gran medida por un marcado decremento de los mexicanos sin papeles.
En 2017 (el último año con datos disponibles) había 10,5 millones de inmigrantes indocumentados viviendo en el país. Se trata de una estimación, puesto que no existe manera de conocer la cifra exacta, pero es una de las más comúnmente aceptadas.
En 2007 se alcanzó el número más alto jamás registrado, con 12,2 millones, y desde entonces se ha producido una caída paulatina, propulsada por el hecho de que son más los mexicanos que se marchan de vuelta a su país que los que intentan cruzar la frontera ilegalmente.
Siguen siendo la nacionalidad más representada, pero por primera vez en el último medio siglo ya no son mayoría: suponen el 47%. En 2007 había casi siete millones de mexicanos ilegalmente en el país, y ahora rozan los cinco millones.
Esta caída, y el crecimiento de los inmigrantes llegados de otros países del mundo, refleja según el instituto un cambio en la forma de entrar al país: la mayoría ya no cruza ilegalmente la frontera sino que arriba con visados y luego se queda en el país una vez que éstos expiran.
Frente a los cinco millones de mexicanos, se estima que hay 1,9 millones de centroamericanos, 775.000 sudamericanos, 475.000 caribeños, 1,4 millones de asiáticos, 500.000 europeos, 250.000 africanos y 130.000 ciudadanos del Medio Oriente.
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