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La policía de Charleston, en el estado de Carolina del Sur, donde el miércoles por la noche un hombre blanco mató a tiros a nueve feligreses en una iglesia símbolo de la comunidad afroamericana, ha detenido este jueves por la mañana a Dylann Roof, de 21 años, como autor de la matanza, según informó El País de España.
El sospechoso fue detenido en Shelby, a cuatro horas de Charleston, después de que fuera identificado por sus familiares gracias a las imágenes difundidas de madrugada que muestran a un joven blanco entrando en la iglesia y huyendo después en un coche negro.
La detención fue confirmada a las 11.30 locales (17.30 en Madrid y 9.30 en México) por el alcalde de la ciudad y por la fiscal general de EE UU. La agencia Reuters afirma que un tío de Roof lo ha identificado en las fotos de la policía como su sobrino.
"Cuanto más la miro, más convencido estoy de que es él (Roof)", afirmó Carson Crowles.
Los hechos se produjeron a las nueve de la noche locales del miércoles (tres de la madrugada en España y ocho de la tarde en México).
El sospechoso entró en la Iglesia Episcopal Metodista Africana Emanuel, se unió a un grupo que estaba en una sesión de estudio de la Biblia y estuvo allí sentado durante una hora antes de empezar a disparar.
Ocho de las víctimas murieron en el interior de la iglesia y una novena falleció mientras era trasladada. Según el relato de los testigos a la policía, Roof se levantó y dijo que estaba allí para "matar negros".
Según el mismo relato, el sospechoso dijo a una de las supervivientes que la dejaba viva para que contara lo que había pasado.
Roof fue detenido en un Hyundai Elantra al parar en un semáforo. En las fotos difundidas por el sheriff del condado, se ve a Roof posando con una chaqueta en la que luce una bandera de la Sudáfrica del apartheid.
En rueda de prensa, el jefe de la policía local, Greg Mullen, ha explicado que las víctimas eran tres hombres y seis mujeres, cuyos nombres no han sido difundidos.
Entre las víctimas está el reverendo Clementa Pinckney, de 41 años, pastor de la iglesia y senador demócrata en el Legislativo de Carolina del Sur.
Pinckney era un reconocido líder de la comunidad negra en el estado y dirigía una de las iglesias negras más antiguas de EE UU, que data de los tiempos de la esclavitud.
El presidente de EE UU, Barack Obama, compareció en rueda de prensa en Washington para condenar los hechos.
Obama dijo que había algo "particularmente descorazonador" en que la matanza fuera en una iglesia, "un lugar donde acudimos buscando recogimiento y paz".
El presidente insistió en que el fácil acceso a las armas en este país es una de las causas de la violencia "que no ocurre en ningún otro lugar".
Además, destacó que el tiroteo recupera "cuestiones de nuestro pasado más oscuro".
El tiroteo se produce tras un año de protestas en Estados Unidos por las muertes de negros desarmados a manos de la policía.
Esos casos, uno de ellos al norte de Charleston en abril, ha reabierto el debate, medio siglo después del fin oficial de la segregación racial, sobre la relación entre blancos y negros, el mantenimiento de disparidades implícitas y la alienación de la comunidad afroamericana con la policía.
Tras el suceso, grupos de personas negras se agruparon en los alrededores de la iglesia en círculos con las manos cogidas.
“Creíamos que los asuntos raciales estaban superados”, dijo uno de ellos a un periodista del diario The Post and Courier.
El suceso ha revivido una triste realidad no tan pasada en este país: los ataques racistas a iglesias negras.
La quema y atentados contra templos religiosos negros eran una realidad en el siglo XIX.
Se intensificaron durante la época de los derechos civiles en la década de los cincuenta y sesenta del siglo pasado.
Uno de los episodios más conocidos es la muerte en 1963 de cuatro niñas en una iglesia de Birmingham (Alabama) por un ataque del Klu Klux Klan.
Una oleada de ataques a mediados de los años noventa, llevó a una investigación del Congreso federal. El último caso relevante tuvo lugar en enero de 2009, el día de la proclamación de Barack Obama como presidente de Estados Unidos, cuando un hombre blanco atacó una iglesia negra de Massachussets.
Carolina del Sur no escapó de esa triste realidad. En Charleston se inició la Guerra Civil (1861-1865) que enfrentó a los estados esclavistas del sur con los unionistas del norte. Carolina del Sur integraba la vieja Confederación.
Y como buena parte del sur, tiene una reprobable historia de discriminación racial. El Estado mantuvo la esclavitud de los negros hasta bien entrado el siglo XIX. Y la población negra fue marginada hasta el fin oficial de la segregación racial hace medio siglo.
El último episodio de tensión racial en esta ciudad fue la muerte de Walter Scott, el pasado mes de abril. Scott era un hombre negro de 50 años que iba desarmado, por el impacto de ocho disparos de un policía blanco.
El suceso tuvo lugar en plena luz del día en una zona ajardinada en la parte norte de Charleston. Se conoció tras la difusión de un vídeo de un transeúnte, derivó en la imputación del agente y en protestas callejeras de la comunidad negra, que denunció un patrón discriminación racial de la policía.
Las protestas en North Charleston fueron parecidas a las escuchadas en el último año en EE UU. Fue el último estallido de indignación tras los casos de muertes de negros desarmados a manos de la policía, como los registrados anteriormente en Ferguson (Misuri) y Staten Island (Nueva York).
Charleston es una ciudad de 127.000 habitantes. El 67% de la población del condado es blanca y el 29% es negra, según datos del Censo federal.
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