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EL PAÍS
El régimen que lidera el ex guerrillero sandinista Daniel Ortega reprimió una manifestación opositora el sábado en Managua, la primera en seis meses desde que el Gobierno prohibió todo tipo de protestas. Los organizadores denunciaron la captura de al menos 164 personas, entre ellos la feminista Azahalea Solís y el estudiante Max Jerez, ambos integrantes de la Alianza Cívica que negocia una salida a la crisis con los delegados del Gobierno. La víspera la Policía había informado de que no permitiría la protesta, pero los opositores decidieron mantener la convocatoria. El sábado Managua parecía una ciudad sitiada, con patrullas con centenares de oficiales antidisturbios bloqueando los accesos de la ciudad y las zonas donde se desarrollaría la manifestación.
Tras ocho horas de arresto, los detenidos fueron liberados. Juan Sebastián Chamorro, que forma parte del equipo negociador de la Alianza Cívica, dijo, tras ser liberados los detenidos, que se reunirán para valorar su participación en el diálogo con el régimen de Ortega. “Esto es inaceptable, no es posible que se trate así, como se ha tratado hoy, al pueblo”, afirmó Chamorro.
“Ortega no ha cambiado nada su actitud”, dijo Violeta Granera, integrante de la Unidad Nacional Azul y Blanco, una de las organizaciones que convocó a la manifestación. “No es posible que esté hablando de negociación y esté haciendo estas barbaridades. Saca a algunos presos políticos para lavarse la cara, pero al mismo tiempo sigue apresando gente”, dijo jadeante la activista, mientras intentaba resguardarse en el estacionamiento de un banco cercano al punto de partida de la protesta.
Junto a ella varias personas intentaban huir de la persecución de los antidisturbios y policías que fueron desplegados por toda la ciudad, algunos de ellos cargando armamento de alto calibre. Xochilt Villareina relató a EL PAÍS que vio cómo fueron apresados tres manifestantes que como ella intentaban llegar hasta la protesta. “Nos arrinconaron, tuvimos que replegarnos. Se llevaron a tres personas. Hemos sido reprimidos por policías y antimotines serviles al Gobierno”, dijo la mujer. “Veníamos para pedir libertad para toda Nicaragua, libertad para todos nuestros presos políticos, que están detenidos por defender los derechos que la misma Constitución nos da”.
Los antidisturbios también agredieron a periodistas que cubrían la protesta. Entre ellos a Luis Sequeira, reportero gráfico de France Presse, quien reportó a este diario la agresión en su contra. “Estaba grabando la detención de una mujer, se la llevaban arbitrariamente, y llegó la Policía, me vio grabar y me detuvo, me quitó la cámara, me tiró al piso. Yo les dije: “estoy trabajando, dame la cámara” y ellos me respondieron: “pídesela a tu madre”. Los empujé para que no me llevaron preso. Me dejaron en el piso”.
Además de Solís y Jerez también se reportaban como detenidos la veterana periodista, feminista y escritora Sofía Montenegro, Ana Margarita Vijil, activista del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Sandra Ramos, líder sindicalista, y Humberto Belli, ex ministro de Educación. La Alianza Cívica contabilizó al menos 164 detenidos. "Hacemos un llamado a tomar nota de las terribles violaciones de los Derechos Constitucionales de libre movilización, reunión, manifestación", escribió el organismo opositor en su cuenta de Twitter. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA), se expresó a través de Twitter la sobre la represión contra la manifestación. "Condenamos la represión de la Policía Nacional en Managua y en otros puntos de Nicaragua. El Estado debe cesar ataque a manifestantes que se expresaban hoy pacíficamente por la liberación de presos políticos, y debe dar información sobre detenidos y heridos", escribió Paulo Abrao, secretario ejecutivo de la CIDH.
Un grupo de manifestantes se refugió en el centro comercial Metrocentro, en el corazón de la zona comercial de Managua, pero hasta ahí entraron al menos cuatro patrullas con decenas de antidisturbios, que golpearon, detuvieron y amenazaron con sus armas a las personas. Las detenciones se registraron en otras partes de la ciudad. La gente pedían con desesperación a los detenidos que gritaban sus nombres, mientras eran arrestados por los oficiales, para poderlos entregar a los organizadores de la manifestación, que intentaban llevar un listado de las detenciones.
La manifestación había generado expectativa en relación a cuál sería la respuesta de Daniel Ortega a la convocatoria de la protesta. El mandatario accedió a sentarse a una mesa de negociaciones para encontrar una salida a la crisis que sufre el país y que ha dejado al menos 325 muertos. Para los opositores la reacción del Ejecutivo de este sábado sería una muestra de voluntad política de cara a continuar el llamado diálogo. Está por verse aún si después de la decisión de hoy la oposición decidirán mantener las conversaciones. “Ortega está equivocado. Vamos a exigir que se libere a todos los presos políticos. La comunidad internacional debe darse cuenta de que Ortega no va a negociar en serio si no es con más presión. Debe haber sanciones concretas”, dijo.
Tanto Estados Unidos como el Parlamento Europeo han dicho que se mantendrán al tanto de lo que suceda en Nicaragua. Washington ya ha impuesto sanciones a funcionarios cercanos a Ortega, incluyendo a Rosario Murillo, su esposa y vicepresidenta. La Eurocámara aprobó el jueves por una amplia mayoría de 322 votos a favor, 25 en contra y 39 abstenciones, una dura resolución en la que instan a aplicar sanciones contra altos representantes de la jerarquía sandinista, incluyendo la suspensión de visados para viajar a la UE y que se congelen sus cuentas en territorio comunitario.
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