Internacional
El Papa habla de Charlie Hebdo
Francisco: “No se puede insultar la fe de los demás”


Jueves, 15 Enero, 2015 - 10:35

En el vuelo de seis horas desde Sri Lanka, primera etapa de su viaje a Asia, al aeropuerto de Manila el papa Francisco lanzó una declaración contundente cuando los periodistas lo consultaron sobre el atentado al semanario Charlie Hebdo. Sin nombrar a la revista el pontífice respondió: “Tenemos la obligación de hablar abiertamente, de tener esta libertad, pero sin ofender”, informó Clarín.

"Es verdad que no se puede reaccionar violentamente, pero si Gasbarri (el Papa aludió a uno de sus colaboradores junto a él en el avión), gran amigo, dice una mala palabra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo. ­¡Es normal!”, aseguró.

"No se pude provocar -añadió- no se puede insultar la fe de los demás. No puede burlarse de la fe. No se puede”, reiteró el Papa.

Francisco lamentó que haya "mucha gente que habla mal de otras religiones o de las religiones (...), que convierte en un juguete las religiones de los demás”.

Para el pontífice argentino, estas personas "provocan" y fue cuando estimó que "hay un límite a la libertad de expresión".

"Cada religión tiene dignidad, cualquier religión que respeta la vida y la persona, y yo no puedo burlarme. Y este es un límite", dijo. Y siguió: "Puse este ejemplo (...) para decir que en esto de la libertad de expresión hay límites, como con lo que dije de mi mamá”, dijo gráficamente el Papa a los corresponsales. Pero sobre la libertad de expresión aclaró: "es una obligación decir lo que se piensa para ayudar al bien común”.

Francisco llegó a las 17.36 hora local (diez horas menos en la Argentina) al aeropuerto de Manila, en una visita de cuatro días a Filipinas, la nación católica más grande de Asia con cien millones de habitantes, de los cuales el 81% son devotos al Papa de Roma.

Lo recibió el presidente Benigno Aquino III, hijo del ex mandatario democrático que fue asesinado en el mismo aeropuerto por sicarios del dictador Ferdinand Marcos en 1983. Ambos conversaron en un salón de la aeroestación. Hoy no está prevista la ceremonia de recepción en el centro de la ciudad, que tendrá lugar mañana, lo que permitirá al Papa un mayor reposo.

Son grandes los temores de atentados terroristas, pues los dos pontífices que visitaron antes el país, Pablo VI y Juan Pablo II, sufrieron intentos de asesinato y existen grupos musulmanes extremistas muy activos y violentos.

Un problema concreto que se ha convertido en una pesadilla es la gestión de las multitudes. Francisco ha rechazado trasladarse a bordo de un Papa móvil blindado y esto aumenta los riesgos de caos, además de ataques terroristas. En el aeropuerto se concentraron decenas de miles de personas por tierra y mar. El gobierno ha desplegado 40.000 agentes y militares, mientras los servicios secretos de muchos países se movilizaron para captar la menor señal de un intento de matar al Papa argentino.

El presidente Benigno Aquino III suplicó hace unos días a los filipinos que mantengan la calma y eviten las avalanchas que pondrían en peligro la incolumidad del Papa de 78 años. "¿Quieren que ocurra en Filipinas una tragedia en la que esté implicado el Santo Padre y esto quede para la historia?", dijo.

El jefe del Estado recordó el atentado a Pablo VI en 1970, cuando el pintor boliviano Benjamín Mendoza lo hirió levemente con un cuchillo antes de ser capturado al llegar el Papa italiano al aeropuerto.

El presidente explicó a los ciudadanos que no debían bloquear el paso del convoy de Jorge Bergoglio porque "lo convertiría en un blanco fácil para un ataque terrorista".

El Papa argentino tendrá varios baños de multitud. El domingo por la tarde oficiará la misa final de su visita ante una multitud de hasta seis millones de personas. Sería la concentración religiosa más grande de la historia. El récord lo tiene Juan Pablo II, que en 1995 reunió con motivo de la fiesta mundial de la juventud a cuatro millones de devotos.

Pocos días antes que llegara el Papa polaco a Manila, la policía desbarató un complot de fanáticos islámicos extranjeros que intentaban asesinarlo haciendo estallar una bomba al paso de su convoy. El plan incluía también hacer estallar once aviones estadounidenses de pasajeros sobre el océano Pacífico, matando a miles de personas. (Tomado de Clarín)