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"Aquellos que lleguen a Brasil imaginando que estarán en Inglaterra o que llegaron a Río imaginando estar en Londres tendrán una experiencia frustrante", disparó Eduardo Paes, el alcalde de Río de Janeiro, una de las sedes mundialistas y que albergará los Juegos Olímpicos de 2016.
Las palabras de Paes resonaron en un momento en que los proyectos de infraestructura en Río y el resto de las ciudades sedes del Mundial están retrasados. Aeropuertos obsoletos, carreteras sin terminar y una red de telecomunicaciones colapsada son parte de los problemas que enfrentará quien visite Brasil para la Copa. Se estima que unos 3,7 millones de personas viajarán al gigante sudamericano para seguir de cerca el Mundial.
El alcalde, sin embargo, intentó arreglar el exabrupto. "No tengo dudas de que Brasil es mejor que Inglaterra, y Río de Janeiro, que Londres", dijo rápidamente durante la inauguración del centro de transmisiones de televisión para la Copa del Mundo, que arranca en 10 días.
"Río es una ciudad que no esconde a las personas más pobres como ocurre en otros lugares", destacó. Brasil, "en la última década, sacó a 30 millones de personas de la pobreza y pasa por una renovación fantástica de su estructura", agregó.
Paes ya había dicho en agosto de 2013 que era "una vergüenza" que Brasil recibiera los Juegos y había criticado la falta de una política deportiva del gobierno federal. El carioca es opositor al gobierno de Dilma Rousseff, que justamente ha recibido cuestionamientos de distintos sectores por la corrupción y el malgasto de dinero público en las obras mundialistas. (INFOBAE)
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