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El obispo de Mayagüez ordenó que se anunciara la noticia en todas las misas dominicales del pueblo. “El padre Floyd McCoy, Vicario Parroquial del Santuario de la Monserrate, ha sido suspendido cautelarmente por una acusación de conducta impropia con un menor de edad”, decía la carta leída este domingo 28 en cada liturgia celebrada en Hormigueros, uno de los municipios más pequeños y menos poblados de la isla de Puerto Rico y firmada por monseñor Álvaro Corrada del Río. Al mismo tiempo, en Missouri, Estados Unidos, un emisario del Papa comunicó al Obispo de Kansas City, Robert Finn, que ahora sí está siendo investigado por encubrir un caso de abuso infantil ya conocido por la justicia ordinaria. De esta forma, la Iglesia católica busca ponerse al día con las denuncias de abuso infantil que involucran a sacerdotes que han prestado servicio en América, bajo la promesa hecha por el Papa Francisco de castigar y acabar con la pederastia dentro en la institución.
La suspensión cautelar del padre Floyd McCoy y la investigación abierta en instancias civiles en su contra fueron confirmadas este martes por el reverendo Edgar Acosta Ocasio, portavoz de la Diócesis de Mayagüez, y por Amber Lee Vélez, representante del Departamento de Justicia de Estados Unidos. “La División de Delitos Sexuales y la fiscal de distrito de Mayagüez investigan las alegaciones relacionadas al sacerdote Floyd McCoy”, ha dicho Vélez al diario puertorriqueño El Nuevo Día, sin especificar en qué fecha exacta fue radicada la querella, ni la edad de la víctima a la que se refiere la denuncia.
Floyd McCoy creció en Hormigueros, se ordenó sacerdote en 1984 y en febrero de 2007 fue puesto a cargo del mayor templo de la localidad. “Pertenezco a una de las familias más antiguas del pueblo y crecí bajo la sombra del Santuario [de Nuestra Señora de Monserrate]”, escribió McCoy en el saludo de bienvenida del portal de Internet de la parroquia. Él es el segundo sacerdote de Puerto Rico investigado este año por las autoridades federales. El primero fue Israel Berríos Berríos, párroco de la Iglesia San José de Aibonito, arrestado el 13 de mayo por abusar sistemáticamente de un monaguillo de 7 años. La prensa puertorriqueña asegura que otros seis párrocos han sido expulsados recientemente de dos diócesis del país, y que el Departamento de Justicia ha reclamado a la Iglesia información para procesarlos criminalmente.
La detención del ex nuncio apostólico de República Dominicana, Josef Wesolowski, este 22 de septiembre en Roma, y la destitución, dos días más tarde, del obispo Rogelio Livieres en Paraguay, han marcado un hito en la campaña emprendida por el papa Francisco contra la pederastia y en su política de que los culpables sean juzgados como criminales. Hasta entonces, Roma había tratado los abusos contra menores como simples faltas disciplinarias y alegaba que no poseía atribuciones para encausar a los sacerdotes que hubiesen incurrido en este tipo de delitos en terceros países. Con base en casos como el de exnuncio Wesolowski, el Comité de las Naciones Unidas sobre Prevención de la Tortura dictaminó en mayo de este año que la responsabilidad del Vaticano en los casos de pederastia no se limita a su territorio y exhortó a la Santa Sede a modificar su legislación y a que se asegure de que cada sacerdote denunciado sea suspendido inmediatamente de sus funciones.
Este martes, en Estados Unidos, un embajador del Papa en Washington informó oficialmente al obispo de Kansas City, Robert Finn, que el Vaticano le investiga por ocultar pruebas de abusos contra niños. Finn ya había sido condenado en tribunales civiles a dos años de libertad condicional por encubrir durante más de seis meses al reverendo Shawn Ratigan, también de Missouri, en un caso de pornografía infantil. Finn es el prelado de mayor jerarquía de la Iglesia de Estados Unidos que se ha visto envuelto en una investigación de esta naturaleza y se ha mostrado dispuesto a “cooperar con el proceso”, según informó este martes el portavoz de la diócesis de Kansas, Jack Smith.
Mientras tanto, en Honduras, la justicia civil se hace cargo de otro caso que involucra a la Iglesia. Este martes, la fiscalía de Niñez del norte del país ha emitido una orden de captura contra el sacerdote norteamericano Joseph Maurizio, acusado de mantener “relaciones sexuales remuneradas” con seis niños de entre 14 y 16 años de edad, de la localidad hondureña de El Progreso, según informa el corresponsal de EL PAÍS, José Meléndez. La fiscal Diana Elvir explicó que Maurizio solía viajar dos veces por año a Centroamérica para prestar servicios de misionerio en el Centro Pro-Niño, una institución no gubernamental que brinda refugio a niños bajo riesgo. Según Elvir, el sacerdote pagaba a los menores recluidos en ese centro para sostener relaciones sexuales. (EL PAÍS)
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