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En 2011, pobladores de la Colonia San Lorenzo del municipio de Caranavi, departamento de La Paz, recibieron recursos del Fondo de Desarrollo Indígena Originario Campesino (Fondioc) para la producción de cerdos de engorde con la construcción de 28 chancherías. Actualmente algunas de ellas se encuentran abandonadas, otras están a media ejecución y en otras de las construcciones no hay cerdos, según constató Erbol.
Este proyecto figura como una de las obras observadas y está dentro de la lista de los más de 1.000 proyectos productivos que debía verificar la interventora del Fondo Indígena, tras conocerse el supuesto desfalco de más 71 millones de bolivianos, que la Contraloría General del Estado (CGE) lo hizo público en febrero.
“Cerdos de Engorde Colonia San Lorenzo” demandó un presupuesto de 770.900.28 bolivianos y según la nómina de las obras observadas, el estado financiero de ese proyecto está como si se hubiera concluido.
Según el documento, el primer desembolso de Bs154.180.06 se realizó en octubre de 2011 y el segundo de Bs616.720.22 se hizo en diciembre de 2012.
El Fondioc transfirió ese año el total del presupuesto para los 28 beneficiarios de San Lorenzo, que es una zona colonizadora (intercultural) afiliada a la Confederación de Comunidades Interculturales de Bolivia (CSCIB).
El responsable legal de este proyecto productivo es Valentín Suntura, quien reconoció que algunas de las chancherías están abandonadas porque la gente ya no pudo criar los cerdos, debido a diversos factores, como la falta de alimento balanceado para los animales.
“Sí, en dos o tres chancherías no están criando (por tanto están abandonadas), pero es responsabilidad de ellos (los beneficiarios), nosotros no podemos criárselos nada pues (…) ellos no han criado los cerdos, ahora otro factor puede ser el tema económico porque criar el animal cuesta plata, aunque (inicialmente) han pensado que era fácil”, declaró Suntura a Erbol.
Visita en el sitio
En junio, la interventora del Fondo Indígena aseguró que llegaron a la Colonia San Lorenzo para verificar la ejecución del proyecto de engorde de cerdos. En julio, Erbol viajó al lugar y tomó contacto con los comunarios, sin embargo, algunos pobladores aseguraron que no fueron convocados por los técnicos interventores para informar sobre las chancherías.
Ante esas aseveraciones, este medio de comunicación intentó conocer una declaración oficial de la interventora, Larisa Fuentes, pero hasta la fecha no respondió al requerimiento periodístico, pese a la solicitud de una entrevista.
Valentín Suntura explicó que los interventores llegaron en mayo a la Colonia San Lorenzo de forma sorpresiva y no convocaron a todos, sólo visitaron los domicilios de algunos de los beneficiarios para conocer sobre el estado de las chancherías. Asimismo, dijo que no se visitó a todos por el tiempo y la distancia.
“Ellos han verificado si existe o no los módulos construidos, si se entregó al cien por ciento todos los materiales (de construcción), así como los animales, eso han verificado, también han verificado la nómina de los beneficiarios. Se visitó a los beneficiarios, (pero) no a todos, se visitó sorpresivamente y no se reunió a todos, hasta a mí me han sorprendido para verificar que se han hecho las obras”, afirmó.
Ante la verificación de que no existían los cerdos en algunos de los módulos, Suntura volvió a recalcar que no era su responsabilidad de que la gente mantuviera a los animales y que él cuenta con el respaldo necesario de los descargos, mismos que habría presentado en enero de 2014 ante el Fondioc.
Dijo que del monto total del proyecto, sobró una cantidad de dinero, pero no recordó a cuánto ascendía esa cifra, aunque luego señaló que ese saldo fue invertido en tanques para agua.
En medio del monte
Muchas de las chancherías están en medio del monte. No es fácil acceder a ellas por la maleza que las rodea. Se encuentran bajo llave y otras se volvieron depósitos. En la Colonia San Lorenzo, los colonizadores (interculturales) contaron incluso que uno de los galpones para cerdos lo convirtieron en vivienda.
Don Roberto (nombre ficticio de uno de los beneficiarios) convirtió su chanchería en gallinero y aseguró que procedió a ese cambio porque no le entregaron ningún cerdo para criar. Además, señaló que la infraestructura fue "mal planificada" porque ni siquiera tiene acceso al agua para su respectivo funcionamiento.
“Necesito metros y metros de manguera para traer el agua y no tengo la plata para comprar tanto (…) ahorita estoy criando mis gallinas, ahí estarán hasta que me entreguen los chanchitos”, contó.
Cerca de un río se encuentra otro modulo vacío. Los muros de la puerta de ingreso estaban sujetados por un par de troncos porque el agua empezó a ingresar y debilitó los pilares de la construcción.
Sin embargo, doña Juana es una beneficiaria que tuvo la suerte de recibir una pareja de cerdos, que recién tuvo cuatro crías. Se mostró alegre y conforme con el proyecto del Fondo Indígena.
“Las chancherías están, esta es para mí y ahora empezaré a criar los chanchos para luego venderlos y vender su carne, esta clase de proyectos necesitamos en nuestro pueblo para no dedicarnos solo a la coca”, apuntó.
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