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El pueblo Yuqui del departamento de Cochabamba sólo cuenta con tres indígenas bachilleres porque la formación escolar en la comunidad Mbia Recuaté sólo es hasta segundo de primaria y después los jóvenes dejan de estudiar para dedicarse a la agricultura, a la albañilería o simplemente salen de su pueblo para mendigar o en busca de trabajo en lugares como Chimoré, Puerto Villarroel y ciudades como Cochabamba y Santa Cruz.
El Cacique de esta nación, Pablo Guaguazu, reconoció esta realidad y contó que buscan reunir a los jóvenes que dejaron su pueblo. Dijo que Mateo Isategua, José Luis Conatiri y Abel Iaira son bachilleres. Iaira fue el primer asambleísta departamental de esta nación.
“Los jóvenes de hoy están en otro lado y estamos tratando de ubicar a nuestros jóvenes para que puedan terminar su bachillerato”, declaró Guaguazu a Erbol.
El Cacique de los yuquis sólo se formó hasta primero de primaria. Se fue a la ciudad cochabambina, donde dijo incursionó en la Escuela Técnica de Salud y salió auxiliar en enfermería. Ahora atiende en la posta médica de la comunidad Mbia Recuaté y a la vez es dirigente.
Explicó que en 2014 se aumentó un nivel más de formación en la escuela de su población. Pidió a las autoridades de educación que les otorguen más ítems porque se amplió el núcleo educativo, con siete aulas más. Al menos son 72 estudiantes que el pasado año contaron con las enseñanzas de cinco maestros, indicó.
“Que nos manden más maestros (para la formación) más allá de segundo intermedio”, dijo.
Misión evangélica
A los 13 años de edad, al exasambleísta departamental de los yuquis, Abel Iaira Guaguazu, la misión evangélica estadounidense Nuevas Tribus lo sacó de su comunidad para concluir la escuela.
Ahora cuenta con 30 años. Está casado y es padre cuatro niños. Señaló que está agradecido por la oportunidad que le dieron de joven, pero sobre todo recordó el esfuerzo que tuvo que hacer para concluir sus estudios, ya que a la vez trabajó de carpintero.
Cuando cursaba sexto básico fue transferido a la ciudad de Santa Cruz, debido a sus buenas notas. En la capital oriental sólo cursó hasta tercero de secundaria porque la institución evangélica cerró a causa de los problemas en el Chaparé por los bloqueos de caminos de los cocaleros, en pos de sus reivindicaciones.
“La gran diferencia ha sido un poco de esfuerzo porque no es de color de rosa, porque yo también he pasado un montón de cosas que como jóvenes se pasa o en el mismo estudio también se fracasa por el tema de plata, es cuestión de mucha voluntad”, afirmó.
“Era un internado de puro niños porque de todo el río Chaparé recogían los gringos a los hijos de los yurakarés y los llevaban y los juntaban para pasar clases. Yo también estaba ahí, estaba en ese internado”, señaló.
Iaira finalmente concluyó sus estudios en Chimoré. Posteriormente logró una beca para la Universidad San Simón, donde tomó la carrera de Ciencias de la Educación que dejó a medias porque en Mbia Recuaté lo eligieron para que los represente en la Asamblea Legislativa Departamental cochabambina.
Datos
El gobierno identificó al pueblo Yuqui como una de las 15 naciones de 36 en estado de vulnerabilidad y en riesgo de desaparecer. Según el censo de 2012, cuenta con una población de 220 personas.
Los yuquis están agrupados en la comunidad Mbia Recuate que se encuentra en el municipio Puerto Villarroel de la provincia Carrasco del Trópico cochabambino, en proximidades del río Ichilo. Uno de los males que los aqueja es la tuberculosis debido a la falta de alimento y tratamientos que los indígenas no logran concluir.
Según el portal de la Amazonia Boliviana, el flujo de colonizadores aumentó considerablemente en la década de los 80, la construcción de la carretera Chimoré-Yapacani, impulsó la expansión de los asentamientos humanos y de las actividades agropecuarias.
Actualmente sólo en las zonas aledañas a Mbia Recuaté se han establecido 23 asentamientos de colonización, éstos incluso dentro del territorio titulado de los yuquis, lo que restringe el acceso a los recursos naturales.
Los indígenas fueron dotados de 115.000 has, por Decreto Supremo 2311 en el año 1992, territorio que en 2001 se ha titulado con 127.204 hectáreas, en calidad de Tierras Comunitarias de Origen (TCO) por el INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria).
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