Género
Situación dentro del consejo municipal de El Alto
Paridad no diluye discriminación y acoso político hacia las mujeres
“Yo he sido acosada políticamente por mi mismo suplente, también he recibido muchas amenazas, también me mandaban mensajes temerosos pero pude surgir adelante como mujer de pollera", dijo la concejala Chávez.


Miércoles, 27 Mayo, 2015 - 23:46

César Chacón/Radio Pachamama/El Alto 

La concejala del municipio de El Alto, Ruth Chávez, afirmó que aparentemente el tema de paridad y alternancia se cumple en la conformación del consejo municipal  ya que hubo participación de la mujer pero, a pesar de ello, la discriminación dentro del consejo aún es latente. 

“(…) son 11 concejales que actualmente tiene la alcaldía de  El Alto,  por ejemplo, a ellos les dieron su celular pero a mí no me dieron, porque me dijeron que soy nueva y  por eso no puedo tener esos privilegios”, señaló Chávez. 

Sin embargo la concejala  vio el lado positivo de este problema manifestando que gracias a sus relaciones y experiencias políticas pudo abrirse campó dentro de esta instancia en su calidad de mujer. 

“Por una parte agradezco porque gracias a esa situación pude conocer a  otras personas,  compañeros y compañeras que me ayudaron moralmente y espiritualmente para seguir adelante sin desmayar”, expresó la autoridad. 

El concepto de paridad y alternancia ingresa  también  en la   Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas. La misma  establece la obligación de un 50% de mujeres en las candidaturas para los cargos de representación popular, con alternancia de género en  listas de candidatos y también se cuenta con una Ley 045 que prohíbe toda forma de discriminación pero la fórmula de paridad y alternancia  parece no diluir  las formas de discriminación  y el acoso político  que es definido como un tipo  de Violencia  en el artículo 7  de la  Ley 348.

Para la concejala  Martha Acarapi  fue difícil  asumir un puesto de poder y más aún superar el acoso político que ella vivió.

“Yo he sido acosada políticamente por mi mismo suplente para que yo tenga miedo y me vaya, también he recibido muchas amenazas que me pedían que renuncie a mi cargo y  si no renunciaba tenía que pagar cada mes 10,000 dólares, también me mandaban mensajes temerosos  pero pude surgir adelante como mujer de pollera”, indicó Acarapi.

Los espacios de poder  son estratégicos para la visibilización  y la lucha  de los derechos de las mujeres. Sin embargo esta visibilización  trae consigo  discriminación y violencia de tipo política basada en género.  

Aún  queda pendiente  trabajar  en el tema  de  que las mujeres  no sólo tengan el puesto de poder,  sino   que puedan decidir de forma independiente.  La paridad y la alternancia  en el cargo de puestos de poder  fue una lucha constante de varias agrupaciones  que defienden los derechos de las mujeres.