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Las denuncias de violencia contra las mujeres y niñas –a partir de la aprobación de la Ley 348– van de la mano de la “crueldad”, advirtió la activista Julieta Montaño en una conferencia que ofreció sobre Derechos Humanos y Género.
“Ellos ya no se conforman con un sopapo, sino terminan destrozando alguna parte del cuerpo dela mujer, provocando en ellas fracturas, cortaduras en el cuello, quemaduras en el rostro y hasta les bajan los dientes con un golpe, es decir cosas que no eran habituales hace 12 años”, dijo.
En abril, la directora de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV), Rosa Lema, informó que en el primer trimestre de este año se registraron 8.000 denuncias, la mayoría por agresiones en el entorno familiar.
Montaño estimó que el varón ahora es más violento porque considera que la mujer está avanzando a pasos gigantes tanto en el ámbito laboral, económico y en sus responsabilidades en el hogar.
“La hipótesis es que hay una exacerbación patriarcal, pareciera que el avance y el reconocimiento de derechos de las mujeres es un peligro para el hombre por su condición de macho, de autoridad y eso es lo que no quieren dejar”, argumentó.
La violencia trasciende más allá de la política, cultura, religión, raza, edad e ingresos económicos. Es un problema que afecta a la sociedad general y atenta a la salud física y psicológica de la mujer, explicó Montaño.
La Ley 348 que garantiza a la mujer una vida libre de violencia fue aprobada en octubre de 2014. Para Montaño, la norma no es implementada adecuadamente porque no hay juzgados ni fiscales especializados que atienda este tipo de casos.
“Los policías que la FELCV no están especializados, hoy atienden un hecho de robo y mañana están con un caso de violencia y al otro día están en otra cosa”, lamentó.
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