Los entrenadores dicen que es necesario un cambio profundo

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Crisis en el fútbol boliviano
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Uno de los actores principales del fútbol nacional son los entrenadores quienes han estado en la picota del escarnio público cuando han perdido partidos y se han convertidos poco menos que en “mesías” cuando han conseguido victorias.

Un buen ejemplo de ello es el actual entrenador de la Selección Nacional, Xabier Azkagorta, quien dijo que en 1994 se fue a Chile porque tuvo miedo, debido a que su personaje se estaba convirtiendo “en algo mesiánico”. Hoy están lejos los elogios y suma muchas críticas.

Para directores técnicos de reconocida capacidad, como el caso de Víctor Barrientos, el tema de la problemática en el balompié nacional pasa porque hay una falencia en la formación de los jugadores.

Barrientos estuvo al frente de muchos equipos en el país y trató de aplicar el sistema francés, que es donde se formó, con los resultados conocidos, que bordearon el fracaso porque los jugadores, en especial los más veteranos, no lo entendían.

“Tenemos que comenzar de cero”, dijo en su oportunidad Barrientos, que en opinión de sus colegas es el mejor entrenador que tiene el país, principalmente en la trabajo con los menores y en el terreno de juego.

Una opinión parecida fue vertida por Sergio Apaza, para quien lograr que el fútbol boliviano sea competitivo es comenzar de nuevo.

“Tenemos que volver a nacer y hacer del boliviano un hombre nuevo”, dice Apaza.

“Debemos inicialmente trabajar en la mentalidad del boliviano y pasar del consabido perdedor al ganador, pero eso se logrará con gente nueva”, reflexionó Apaza, quien trabajó en muchos equipos del país.

Si bien es cierto que los ejemplos anteriores tienen que ver con los estamentos profesionales, en el nivel de formación, los entrenadores tienen quejas similares.

Para Héctor Ortiz, responsable de la Escuela de Fútbol Eva Perón de la ciudad de La Paz, que está entre las que menos recursos tiene, la formación de los futbolistas es aún deficiente por varios factores.

“Entre otras cosas no tenemos el respaldo necesario ni del Estado ni de las empresas privadas, al extremo que los padres de familia son los que sufragan todos los gastos”, argumenta Ortiz, que a pesar de las circunstancias promueve jugadores, como el caso de Alejandro Chumacero.

Para Óscar Villegas, responsable de las divisiones menores del Club Bolívar, el tema pasa por todos los aspectos que hacen a la competición.

“Se deben tener competencias locales fuertes, eso mejoría el nivel, pero lamentablemente no existen”, apunta Villegas, que con la escuela del Club Bolívar gana muchos partidos en la asociación paceña por cifras desusadas.

En su momento, ante la consulta de Erbol Digital, Villegas apuntó que una planificación adecuada  también se impone.

Para Xabier Azkagorta la solución tiene necesariamente que pasar por la etapa formativa.

“Hemos presentado proyectos que puntualizan la forma en la cual deben encararse la tarea”, dijo cuando estuvo en la ciudad de La Paz, en diálogo con Erbol Digital.

“Todos debemos apoyar un proyecto: El Estado, la empresa privada; clubes,  jugadores, entrenadores, periodistas, todos”, dijo el Vasco.

Para los entrenadores está claro que es necesario un cambio radical en el fútbol boliviano y eso para por nuevas estructuras.

De seguir las cosas así, queda en criterio de los directores técnico una muy porteña  reflexión: “Eso es lo que hay”. 

 

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