Tertulia en Uyuni
La mañana de este sábado transcurrre con normalidad en Uyuni: Sol a pleno, mucha gente en las calles, vendedores que ganan los espacios en las veredas, turistas que van y vienen completan el cuadro de una jornada diferente en esta ciudad.
Cerca de la alcaldía, prácticamente en el centro de esta población, están reunidos tres de sus habitantes, que hablan encedidamente de Uyuni y el Dakar.
Víctor Zungara, Julio Urriola y Eusebio Véliz, de edades que oscilan entre los cincuenta y los setenta años, manifiestan su respaldo a la carrera, pero también se quejan de algunos aspectos relacionados con el paso de la competencia.
Para Zungara, lo más importante es el impacto positivo que tiene en la economía local la presencia de tanta gente.
“Esto es muy bueno para Uyuni, que no hasta hace mucho estaba acostumbrada a pasar sus días con tranquilidad”, asegura Zungara.
Para Véliz, el tema pasa porque en la alcaldía ha dejado algunas actividades de lado, que de alguna manera podría haber contribuido a dar una mejor imagen de Uyuni al mundo.
Urriola menciona por su parte que es bueno ver a la gente llegar a su población y que haya tanto movimiento.
Las consideraciones van a favor y en contra y el recuerdo de días pasados, cuando cada uno frizaba los 20 años, aparece en la conversación.
“Nos gustaba mucho jugar y lo hacíamos sobre todo con el fútbol y el básquetbol, que en Uyuni tuvo el primer campeonato nacional de la categoría damas, que contó además con el relato de Julio Borelli Viterito”, dice Véliz.
“Le cuento una anécdota que es como para no creer: aquí hay un club que se llama Bolívar y hasta el año pasado tenía los colores negro y amarillo ¿ qué tal? apunta por su parte Urriola.
Entre los hecho deportivos más destacados en Uyuni están la fundación de los clubes Sport Uyuni, en 1918 y del Ralways Sport, fundado en 1924.
“Esos equipos tenían jugadorazos”, dice Veliz, quien se muestra más interesado en la historia del deporte en esta ciudad.
A la consulta de si es cierto que en Uyuni hay muchas chaskañawis, Véliz asegura que la historia escrita por Carlos Medinacelli es real y que no es la única.
“Es más, la calle de las chilenas y la vieja casa, están aún ahí”, asegura Véliz.
“Un jugador del Liverpool de Inglaterra vino aquí por los años cincuenta, medía más de dos metros y terminó casándose con una agraciada dama uyunense que no alcanzaba el metro con sesenta centímetros... es que era una chaskañawi”, rememora Véliz.
Los minutos han pasado y otros temas han sido tocados en el recuerdo de los amables habitantes locales, como por ejemplo la presencia de los Harlem Glober Trotters en Uyuni, allá por los años sesenta, en el vetusto y destartalado coliseo local, que vio mejores días en el apogeo de su salto económico.
Hay más, sin duda, en la memoria de estos “historiadores naturales”, que se saben al dedillo la vida y pasión de los locales, pero el tiempo apremia y los convocan a una reunión de vecinos que quieren dar otra sopresa a todos los visitantes.
“Me olvidaba”, dice Zungara, “aquí llegaron Butchs Casidy y Sandece Kid a principios de los años 1910 adelante, los famosos bandidos del oeste norteamericano; sus restos resposan en el cementerio local. Esa si es historia ¿o no?
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