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Tal y como rezaban los rumores y las filtraciones desde hace meses, Apple introdujo este martes una línea de iPhone, entre otros productos y servicios nuevos. Lo más destacable del evento, además de ser el primero en realizarse en el nuevo campus de la empresa, es el iPhone X, con pantalla de 5,8 pulgadas que se despliega de borde a borde en el dispositivo.
La primera implicación de esto es que no hay botón de home, ni físico, ni virtual.
El desbloqueo del equipo será con reconocimiento facial, una tecnología que ya está presente en otros dispositivos, pero que no termina de funcionar del todo bien.
La propuesta de Apple es integrar tres métodos de medición diferentes para asegurar varias cosas: la primera, que funcione, que se desbloquee cuando la persona mira la pantalla y ya. Y, la segunda, que no se pueda fingir ser otra persona con una máscara, por ejemplo.
No es broma, la empresa probó el sistema con máscaras de una misma persona y, asegura que, la posibilidad de pretender ser un usuario, o sea, de burlar la seguridad del sistema de reconocimiento facial, es de una en un millón.
El reconocimiento facial utiliza, primero, una medición del entorno de la cara, un escaneo infrarrojo de los rasgos y la proyección de puntos infrarrojos que también calculan los rasgos de la cara de un usuario. La conjunción de estos tres elementos le da vida a esta tecnología.
El iPhone X viene en 64GB y 256 GB. El modelo base costará US$999 y estará disponible desde el 3 de noviembre de este año. Con estos modelos, la línea de teléfonos arranca con el SE, sigue con el 6S, 7, 8 y X (con sus respectivos Plus).
Además de esto, la compañía presentó dos nuevos teléfonos, iPhone 8 y 8 Plus, que, en esencia, son mejoras internas sobre el mismo diseño de sus predecesores, 7 y 7 Plus. O sea, en vez de añadirle una S al ciclo de actualización clásico de Apple, son denominaciones nuevas para mejoras de hardware (principalmente un procesador nuevo, A11 Bionic, con hasta 70% mejor desempeño que el anterior).
Apple Watch también recibió una actualización importante: conexión celular, que le permite funcionar de forma más independiente del iPhone. En pocas palabras, se pueden recibir mensajes y llamadas en el reloj, sin la necesidad de tener el teléfono de la marca cerca.
El Apple Watch se ha convertido en una línea de producto importante para la compañía y, de acuerdo con Cook, es el reloj más popular en el mundo y ha experimentado un crecimiento de 50% en el segundo trimestre de este año, en comparación con el mismo periodo del año pasado.
La serie 3 de este dispositivo tiene el mismo tamaño de la anterior (el mayor cambio externo fue el incremento de 2,5 milímetros en el grosor del cristal de la pantalla), lo que de por sí es una pequeña hazaña de ingeniería porque la conectividad celular significa añadir antenas y amplificadores de señal, entre otros elementos. La pantalla funciona acá como la antena para este tipo de comunicación, lo que permite maximizar el espacio interior.
Este dispositivo tiene un nuevo procesador, con 70% mejor desempeño en términos de rapidez, así como un nuevo chip de comunicaciones, que promete un 50% más de duración en la batería, uno de los puntos claves en este tema: más antenas y funciones usualmente significa menos tiempo de vida con cada carga. Falta ver cómo se compensan estos dos factores en el nuevo reloj.
La conexión celular también implica que Apple Music puede operar ahora desde el teléfono, sin necesidad del iPhone, claramente.
Fuente: El Espectador
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