Papa Francisco: No sean hombres y mujeres tristes
El papa Francisco denunció hoy las guerras, los conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero y de poder, la corrupción, los crímenes contra la vida humana y contra la creación y dijo que con Cristo se puede vencer el mal que hay en los hombres y el mundo. Y pidió a los miles de fieles que le escuchaban en la plaza de San Pedro del Vaticano durante la procesión de las Palmas, que no fueran ser personas tristes y que nadie "les robe la esperanza".
Olivos centenarios traídos de la sureña región italiana de Puglia (Apulia) y palmas procedentes de Sanremo (Italia) adornan la plaza vaticana, donde entró el pontífice argentino en medio de los aplausos de los presentes, que llevan ramas de olivo.
Francisco, revestido con ornamentos rojos y portando el báculo, presidió la procesión, que salió de los palacios pontificios y se dirigió hacia el obelisco de Sixto V instalado en el centro de la plaza vaticana.
Ante más de 250.000 personas que asistieron al comienzo de los ritos de Semana Santa, el papa Bergoglio invitó a los cristianos a llevar la alegría de Cristo a todo el mundo y a no "ilusionarse" con la sed de dinero, que dijo, "nadie se llevará consigo". "Como decía mi abuela: niños, el sudario no tiene bolsillo", añadió.
"No seáis nunca hombres y mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo. Nunca os dejéis vencer por el desánimo. Nuestra alegría no nace de tener muchas cosas, sino de haber encontrado a una persona, Jesús; con él nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles, aún cuando el camino de la vida tropieza con problemas y obstáculos que parecen insuperables y ¡hay tantos!", afirmó.
En la jornada en la que la Iglesia conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, el papa argentino afirmó que Cristo no entró para recibir los honores reservados a los reyes de la tierra sino para ser azotado, insultado y ultrajado.
En la homilía, el papa Bergoglio subrayó que Jesús tomó sobre sí el mal, la suciedad, el pecado del mundo, "también el nuestro, y lo lavó, lo lavó con su sangre, con la misericordia, con el amor de Dios".
"Miremos a nuestro alrededor: ¡cuántas heridas inflige el mal a la Humanidad! Guerras, violencias, conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero, de poder, la corrupción, las divisiones, los crímenes contra la vida humana y contra la creación", denunció.
"Y nuestros pecados personales: las faltas de amor y de respeto a Dios, al prójimo ya toda la creación", añadió.
El Obispo de Roma recordó la entrada de Jesús en Jerusalén y afirmó que no lo hizo para recibir los honores reservados a los reyes de la tierra sino para ser azotado, insultado y ultrajado.
Aseguró que Jesús en la cruz siente todo el peso del mal "y con la fuerza del amor de Dios lo vence, lo derrota en su resurrección, con Cristo todos podemos vencer el mal que hay en nosotros y en el mundo".
Vencer el desánimo
El papa dijo también que un cristianos jamás puede ser una persona triste y les exhortó a no dejarse vencer por el desánimo "incluso en los momentos difíciles, aun cuando el camino de la vida tropieza con problemas y obstáculos que parecen insuperables".
"Nunca os dejéis vencer por el desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona, Jesús; de saber que, con él, nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles, aun cuando el camino de la vida tropieza con problemas y obstáculos que parecen insuperables..., y ¡hay tanto"
Es un día memorable para el nuevo Pontífice al igual que la histórica cita que ha vivido este sábado con su antecesor, Benedicto XVI. Por primera vez se pudo ver a dos Papas juntos y ambos con el tratamiento de Su Santidad, en un encuentro que tuvo lugar en Castel Gandolfo.
"Somos hermanos". Con estas palabras el Papa Francisco rechazaba el puesto de honor que le cedía su antecesor e iniciaban los rezos juntos en el mismo banco. La visita duró casi tres horas y durante la misma rezaron juntos en la capilla del palacio apostólico, mantuvieron un encuentro a solas durante 45 minutos y comieron junto a los secretarios privados. Tras este encuentro, el papa Francisco regresó al Vaticano.
Alusión a la juventud
En la celebración del domingo de ramos se realizará la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud diocesana, bajo el lema 'Id y haced discípulos a todos los pueblos', basado en el capítulo 28 del evangelio de Mateo, como preparación de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se llevará a cabo en Río de Janeiro (Brasil) en julio de este año. El Papa Francisco ha confirmado su asistencia a la citada jornada, que se celebrará del 23 al 28 de julio.
Además, el Pontífice presidirá el jueves santo, 28 de marzo, la Misa Crismal, a las 9.00 horas, en la Basílica de San Pedro en la que, cada año, los sacerdotes del clero de Roma concelebran con el Pontífice, como obispo de Roma y bendicen el santo óleo que se utiliza en las parroquias de la capital italiana en los sacramentos de la confirmación y de la unción de los enfermos.
Novedades
Una novedad y cambio del programa habitual, ocurrirá el Jueves Santo por la tarde. El Papa Francisco iniciará el Triduo Pascual a las 17.30 horas con la celebración de la Misa de la Cena del Señor, conocida también como Misa 'Coena Domini', en el Instituto Penal para Menores de 'Casal del Marmo' de Roma y no en la catedral de Roma, la Basílica de San Juan de Letrán, según ha informado la Oficina de Prensa de Vaticano.
Así, la Misa de la Cena del Señor, que se caracteriza por el anuncio del mandamiento del amor y por el gesto del lavado de los pies, será presidida por el Papa en un centro penal de menores masculino y femenino. En su ministerio como arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Bergoglio acostumbraba a celebrar tal Misa en una cárcel, en un hospital o en un hospicio para pobres o personas marginadas, por lo que, según indica la Oficina de Prensa de la Santa Sede, "el Papa Francisco continuará con tal costumbre, que debe caracterizarse por un contexto de sencillez".
El Viernes Santo, el Papa Francisco llevará a cabo la celebración de la pasión del Señor en la Basílica de San Pedro a las 17.00 horas y por la noche, encabezará el rezo del Vía Crucis en el Coliseo a las 21,15 horas.
Recuerdo a Benedicto XVI
Las meditaciones del Vía Crucis de este año evocarán el viaje al Líbano de su predecesor Benedicto XVI "para invitar a toda la Iglesia a tener presente en sus oraciones a Oriente Próximo, sus problemas y a las comunidades cristianas en aquellas tierras", por lo que los textos serán preparados, bajo la guía del Patriarca cardenal Bechara Bpuytros Räi, por dos jóvenes libaneses y seguirán el esquema tradicional de las catorce estaciones.
Además, el 30 de marzo, Sábado Santo, el Papa Francisco encabezará la 'Vigilia pascual en la Noche Santa', en la Basílica de San Pedro a las 20.30 horas.
Por último, el 31 de marzo, Domingo de Pascua, el Papa Francisco presidirá la Misa de Pascua de Resurrección en la Plaza de San Pedro a las 10,15 y, al finalizar, impartirá la Bendición 'Urbi et Orbi' a las 12,00 horas desde el balcón central de la Basílica Vaticana. Será su segunda Bendición 'Urbi et Orbi' después de la que impartió el pasado 13 de marzo, tras haber sido elegido Pontífice y haber sido presentado con el 'Habemus Papam' por el cardenal protodiácono, el francés Jean-Louis Tauran.
La Urbi et Orbi se imparte durante el año sólo en dos ocasiones, el domingo de Pascua y el día de Navidad, 25 de diciembre. Esta bendición confiere la indulgencia plenaria bajo las causas previstas por la Iglesia Católica y los efectos se cumplen para los fieles que la reciben con fe y devoción en la Plaza de San Pedro y a todos los que la escuchan a través de los medios de comunicación. (El Mundo)