Espectáculo
Carlitos Balá: "No tengo tiempo de estar triste"
Carlitos Balá


Domingo, 28 Junio, 2015 - 11:55

¿Tendría sentido hoy la campaña para dejar el chupete?

Sí. Yo le presté el chupetómetro a Julián Weich para su programa. Pero hoy más bien habría que hacer campañas para las escuelas que se vienen abajo y para los hospitales oncológicos. Yo trabajé mucho en hospitales, pero no lo hice para la cámara. Hasta Trabajé en el Borda. Lo agarré a un director y le dije ¿Se ofende si hago a un loco?”. Me dijo: “No. ¡Si a ellos les gustan los locos!”.

¿Dónde fueron a parar las toneladas de chupetes que rescató?

A la basura. Porque se pudrían. No los conté, ojalá lo hubiera hecho, porque hubiera entrado en el Guinness. Dos, tres millones, qué sé yo. Lo que guardo muy bien son las cartas. ¡Y sigo llamando a los fanáticos para sus cumpleaños! Cuando me voy a Mar del Plata dos meses, me llevo anotado el día que cumplen.Me dicen cuando atienden: ¿Balá? ¡Me muero!”. Le digo: “No se muera que le corto”. Tengo unFacebook que me manejan. ¡Las cosas lindas que me dicen!. “¿Me llama para mi cumpleaños?”, pide algún grandulón. Y me anoto el número en la agenda y llamo a uno por uno.

En vacaciones de invierno va a trabajar en teatro con Panam. ¿Cómo se conecta usted con el chico de hoy?

Me conecto igual. Ya van cuatro generaciones que me siguen, contando ésta de Panam. Hay que entenderlos. Tienen otros chiches, pero siguen siendo chicos. Para ellos soy un abuelito, les hablo de Angueto y se los muestro y un pibe me dice: “¡Pero ahí no hay nada, viejo!”. Son sus padres los agradecidos conmigo que los llevan. Estoy cosechando todo el cariño que di. Di mucho cariño.

¿Se permite cierta tristeza?

No tengo tiempo para estar triste, tengo alegrías que me eclipsan. Y hago reír todo el día. En los aviones me pongo a bailar con las azafatas. La fórmula es recibir cariño. Yo soy de espíritu joven. El cariño te rejuvenece. Todo el mundo debería recibir cariño, pero está el poder adelante y nadie la quiere entender. Yo tengo cerca el cementerio de la Recoleta y digo: “Así terminamos todos”.

¿Se imagina a los 100 años?

No sé. Se pasó todo muy rápido. Me parece que fue ayer. Yo sólo sé que vamos a un lugar más lindo después. A un lugar de paz y amor, otro mundo. No puede ser tan malo Dios que nos dé un infierno o algo más malo que la tierra. No sé si esto es el infierno. A lo mejor la tierra es el infierno. Espero poder vivir unos años más para poder hacer reír más, unos años más.

¿Le parece que no le alcanzó con todo lo que hizo reír?

Es que es una adicción. No terminás nunca. Cuando nací, dicen que hice reír a la partera. Yo voy al shopping y me voy haciendo el loco. Es una felicidad casi religiosa la mía de hacer reír. Le hago un bien al ser humano.