‘Cuando vieron sangre, rebasaron a los dirigentes’

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Octubre de 2003
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Transcurrido casi 10 años de los lamentables hechos de 2003 en la llamada Guerra del Gas, donde murieron más de 60 personas a manos del Ejército, Juana Martínez Gumiel, secretaria ejecutiva de la Federación Única de Organizaciones Populares de Mujeres de la ciudad de El Alto, recuerda como si fuera ayer cada detalle de lo ocurrido.

“La gente se ha enardecido mucho más, cuando vieron sangre fue peor, salieron todos prácticamente de las casas, ahí ya no había instrucciones de los dirigentes, la gente se ha enardecido y salían a hacer la protesta en diferentes zonas”, relató Martínez a Erbol.

La denominada guerra del gas surge en rechazo a la decisión del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada de exportar gas a los mercados de México y Estados Unidos por territorio chileno. Sin embargo, este movimiento tiene sus inicios en la protesta de campesinos que demandaban la liberación de Edwin Huampo, quien participó en un acto de justicia comunitaria que concluyó con la muerte de dos presuntos ladrones de ganado.

Los comunarios, tras una marcha, se declararon en huelga en instalaciones de radio San Gabriel. Luego a esto se sumó los primeros muertos en Warisata, donde fallece una niña de 8 años y campesinos de la CSUTCB (Confederación Sindical Única de. Trabajadores Campesinos de Bolivia).

“Debo remarcar que nosotros empezamos con la marcha desde el 2 de septiembre y luego nos convergimos en la ciudad de La Paz y finalmente tomamos la decisión de declararnos en huelga de hambre”, recordó el exdirigente, Felipe Quispe Huanca. 

“Ese impacto también ha llegado a algunos sectores, pero donde ha llegado muy bien fue en El Alto de La Paz, entonces los compañeros se solidarizaron, salieron a las calles y ahí empezó una lucha más organizada y ahí ya salimos con un planteamiento de que Goni tiene que renunciar”, agregó Quispe.

La situación se hacía cada vez más crítica y Gonzalo Sánchez de Lozada se aferraba al cargo y se resistía renunciar pese a que cada día las cifras de fallecidos iban en aumento: ¡Yo no voy a renunciar! Aún retumba en las cabezas de muchos bolivianos antes de que Goni decidiera abandonar el país. 

“Queremos la renuncia del Presidente (Sánchez de Lozada), no queremos diálogo, ya hubo bajas, todo el pueblo ya no queremos que maten a nuestros hijos, lo único que pedimos al Presidente es que se vaya”, era el clamor de la población ante el aumento de muertes cada día.

Los alimentos se iban encareciendo y la posición del Presidente seguía firme pese a las muertes y a la situación crítica que vivía el país. Goni para salir del paso argumentó que la masificada protesta se debía a una maquinación subversiva internacional; recuerda a la población tener mayoría y dos tercios en el Congreso, además del respaldo de los tres poderes del Estado. Remarcó que no renunciará.

Los trabajadores decidieron junto a otros sectores radicalizar las medidas de presión que exigían solo la renuncia de Sánchez de Lozada como lo recuerda el exejecutivo de la Central Obrera Boliviana, Jaime Solares.

“Yo les dije, compañeros hay que hacer lo que siempre hemos hecho, cavar zanjas para que el Ejercito movilizado no pueda seguir y allanar nuestras casas, hay que utilizar todo lo que tengamos porque es peor que los militares sigan matando y el pueblo no haga nada”, señaló.

Estos son algunos de los episodios que marcaron la historia de Bolivia con octubre de 2003. A 10 años de la huida de Gonzalo Sánchez de Lozada a los Estados Unidos, junto a otros de sus allegados, los deudos de más de 60 muertos y 400 heridos aún demandan al gobierno nacional justicia y cárcel para los responsables.

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