- 5500 lecturas
En la actividad educativa, muchos maestros seguramente han leído o escuchado bastante sobre el modelo educativo constructivista o del modelo cooperativo o colaborativo, que señalan que el estudiante viene a la escuela con un aprendizaje previo, fruto de la interacción con su medio y su contexto, aprendizaje del cual debe partir el profesor para convertir a sus alumnos en protagonistas de un proceso educativo donde todos aprenden de todos.
Es decir, aprenden los estudiantes a partir del intercambio de conocimientos y saberes en su contexto social. Y aquí será importante destacar el acceso que los niños y jóvenes tienen a las tecnologías de la educación y la comunicación desde muy temprana edad. Hablamos de los “nativos digitales”, es decir, de los niños y jóvenes que tienen acceso a Internet y que permanecen gran tiempo en contacto con el ciberespacio donde circula y se intercambia información, a través de equipos digitales como el celular, el I Pad, el I Fon, el chat, el twitter, herramientas tecnológicas que posibilitan una fluidez en el acceso a información de toda naturaleza.
A pesar de que los nativos digitales tienen acceso a estas herramientas electrónicas, el sistema educativo no ha logrado una alianza con esos medios que podrían promover un proceso de enseñanza – aprendizaje diferente, centrado en los niños y jóvenes, actores y protagonistas de su propio aprendizaje. Por tanto, la brecha digital se da más bien entre los profesores, a quienes podríamos llamar “extranjeros digitales” que no tienen dominio en el uso y acceso a los medios electrónicos.
Pero, al propio tiempo, los centros educativos, si bien muchos de ellos tienen laboratorios de computación y se enseña su uso a los estudiantes, no tienen programas de formación académica que utilicen los medios digitales para desarrollar un proceso educativo a partir de trabajos de investigación, en el que el rol del profesor es ser guía y promotor del intercambio de conocimientos tanto en las clases como en el espacio digital.
Incluso, se da la paradoja de que, por un lado, las unidades educativas tienen la asignatura de “Computación” (enseñanza de manejo de Word, Excel, etc.), por otro lado, los otros docentes exigen a esos mismos estudiantes la entrega de trabajos escritos en forma ¡manuscrita!, como antes de la invención de la imprenta, propio del siglo XVI. De hecho, muchos profesores detestan profundamente todo lo relacionado con la computación y la red de Internet.
Por tanto, son los profesores los que tienen que cambiar de actitud, lo que implica aprender a usar las tecnologías para que se vuelvan una aliada, a través de la cual se desarrollen procesos educativos de interacción permanente y que contribuyan a generar conocimientos a través de la producción individual y colectiva fruto de un trabajo de investigación monitoreado por el profesor.
Será posible cumplir este propósito en la medida en que los profesores abandonen esa actitud de resistencia frente a las tecnologías de información y comunicación. Ni siquiera las computadoras portátiles entregadas a los maestros por el Gobierno han sido suficientes; muchos las han entregado a sus hijos o quién sabe.
Los profesores insisten en usar solamente pizarra y marcador cuando seguramente en su unidad educativa existe equipamiento tecnológico, sin adecuarse a los nuevos tiempos que viven las sociedades modernas. Desde este espacio, entonces, animo a los profesores (y entre ellos a algún tío mío) a romper con ese bloqueo mental y hacer un clic a las TICs en beneficio de sí mismos y de sus estudiantes. ¡Bienvenidos a la era digital!
El autor es periodista y docente universitario
- 5500 lecturas